El último detenido de la banda ha sido el ex concejal de Batasuna en Villabona (Guipúzcoa) Lander Etxebarria San Sebastián, quien según fuentes de la lucha antiterrorista hacía de enlace entre el comando Erreka, que suministraba los explosivos, y la cúpula de ETA en Francia.
Coreado por simpatizantes abertzales ha salido esta noche de su domicilio después de asistir a siete horas de registro en su vivienda, de la que los agentes se han llevado varias cajas con material.
Este es el quinto miembro de ETA que cae en los últimos cinco días. Este jueves los agentes del Instituto Armado han finalizado una intensa jornada de búsqueda que ha comenzado a primera hora con un segundo registro en el caserío de los Esnaola en Legorreta.
Ahí es donde han localizado un nuevo escondite de 30 metros cuadrados que los agentes pasaron por alto durante los registros del martes. La mayoría del material encontrado consiste en polvo de aluminio, cordón detonante y pentrita para la fabricación de explosivos en grandes cantidades similares a las del martes cuando los agentes hallaron 850 kilos de nitrato amónico, 13,5 kilos de pentrita y 100 litros de combustible.
Además, el martes hallaron tres escopetas de repetición, entre 15 y 20 cajas de munición, cuatro teléfonos móviles, 4.000 euros en metálico, 400 piezas metálicas para fabricar iniciadores eléctricos artesanales y hasta una olla de 70 litros de capacidad.
Traslado desde Madrid
Para los registros de este jueveshan contado con la asistencia de Aitor Esnaola, el mayor de los dos hermanos Esnaola,quien ha sido trasladado desde Madrid, donde se encontraba incomunicado y prestando declaración, hasta el País Vasco. Él ha sido quien ha indicado a la Guardia Civil el nuevo escondite en el edificio. Posteriormente, los agentes procedieron a registrar un segundo caserío de gran tamaño en el mismo pueblo que se encontraba abandonado y en el que apenas encontraron un arma presuntamente propiedad de los terroristas.
Por la tarde Aitor trasladó a los agentes al sur de Guipúzcoa a la localidad de Zegama donde el 'comando Erreka' contaba con otro zulo. Los hermanos Esnaola eran los encargados de abastecer a los comandos de ETA suministrando armas y explosivos. Precisamente, en el marco de esas funciones logísticas los etarras tenían otro zulo en Azpiroz y otro en Baraíbar, dos localidades de la comunidad Navarra.
Estos hallazgos, unidos a los del caserío familiar en Legorreta, configuran el mayor arsenal aprehendido a ETA desde el zulo del piso de Óbidos. De hecho, es el mayor polvorín etarra descubierto en suelo español. El mayor, no obstante, se descubrió en Francia en 1999: concretamente, en Pau se aprehendieron 2.500 kilos.