En una rueda de prensa con los medios extranjeros en Perú, Keiko reconoció que su padre "es el líder del fujimorismo" y que "gran parte del respaldo (de su partido) se debe al trabajo que él hizo", pero dejó sentada su autoridad sobre el movimiento fujimorista: "La candidata soy yo; quien va a gobernar seré yo", afirmó.
La congresista, segunda en los sondeos de intención de voto, recordó que la defensa de su padre presentó un recurso de habeas corpus contra la condena de 25 años por violaciones a los derechos humanos -la más severa de una serie de sentencias contra el ex presidente-, y confió en esa estrategia de la defensa, "que tiene argumentos muy fuertes".
No quiso pronunciarse sobre si concederá el indulto a su padre y mentor político en caso de ser elegida, y afirmó que ante las "dudas de quién tomaría las decisiones", su partido ha optado por bajar la presencia de las fotos del ex gobernante en la campaña de los próximos meses.
Según ella, su partido "es percibido en el espectro del centro-izquierda", incluso después de haber presentado como candidato a vicepresidente al ex ministro Rafael Rey, controvertido político ultraconservador opuesto al aborto o los matrimonios homosexuales y frecuentemente enfrentado a los grupos pro derechos humanos.
Para Keiko, Rafael Rey aporta al partido "una trayectoria honesta", y subrayó la firmeza de las convicciones del ex ministro, con el que -admitió- tendrá que fijar en breve una postura común en las espinosas cuestiones de los derechos sexuales.
La política, que negó tener otra nacionalidad o ciudadanía que la peruana, se mostró convencida de que "la familia militar respalda en su mayoría a Fuerza 2011", y añadió que la alianza con Rey permitirá "ayudar a fortalecer el principio de autoridad", en un país donde "tenemos que subirle la moral a nuestros policías".
Con respecto al Lugar de la Memoria -monumento que se levantará en memoria de las víctimas del terrorismo y el contraterrorismo-, Keiko dio a entender que lo aceptará "por ser una decisión de Estado", aunque en un pasado se había mostrado contraria al proyecto.
La candidata dijo aspirar a que el museo "tome sobre todo en cuenta el dolor de las personas que lucharon por defendernos: miembros de las fuerzas armadas, policías, rondas campesinas y comités de autodefensa", sumándose así a la opinión de los sectores más conservadores que siempre han creído ver un sesgo antimilitar en el proyecto.
Keiko tampoco cuestionó la actual política de Estado con respecto al litigio fronterizo con Chile por los límites marítimos, ni las políticas de exportación de gas, que han generado numerosas protestas sociales en los últimos meses porque las compañías que compran gas peruano para la exportación lo pagan más barato que los consumidores peruanos.
En este sentido, la congresista consideró que "hay que dar prioridad al consumo interno", pero también reconoció que no deben cambiarse las reglas de juego pactadas con los inversionistas extranjeros, pues eso puede ahuyentar futuras inversiones en el país.