Un hermano de la víctima -que tenía documentación española- dijo esta semana en España que la inhumación tuvo lugar sin permiso de sus familiares.
Sin embargo, Fassi Fihri recalcó que Babi Hamadi Buyema "para nosotros es marroquí" y que fue enterrado con autorización de sus parientes, ya que "la familia se pronunció hace dos o tres días".
También aseguró que la investigación judicial sigue en marcha y que "se hará justicia"; y recalcó que el fallecido murió atropellado por un vehículo en El Aaiún y no en el desmantelamiento, el pasado 8 de noviembre, del campamento saharaui de Gdaim Izik, situado a las afueras de la ciudad.
El ministro marroquí lamentó, en unas declaraciones a la prensa tras el Consejo de Asociación UE-Marruecos, que de los acontecimientos ocurridos en El Aaiún "se cuenta sólo una parte de lo que pasa".
Explicó que el Frente Polisario y Argelia "querían el desmantelamiento y víctimas civiles", por lo que hablaron al principio de "decenas" y "cientos" de muertos, lo que luego resultó ser falso.
El jefe de la diplomacia marroquí indicó que veinte informadores españoles estuvieron en la capital saharaui antes, durante y después del desmantelamiento, pero les acusó de ser parciales y atender únicamente a la propaganda del Polisario.
"La prensa española ha mentido", resumió Fassi Fihri, quien dijo que por ello, "después del desmantelamiento la prensa española se ha convertido en el enemigo fundamental" de su Gobierno.
Como consecuencia, actualmente no hay periodistas españoles trabajando en territorio del Sahara Occidental.
También señaló la disposición de Rabat a renovar el acuerdo de pesca con la UE, pero recalcó que "hace falta que un acuerdo así no sea explotado por motivos políticos".