Moratinos dio un espaldarazo a las aspiraciones europeas de los albaneses en su visita oficial a Tirana, durante la que se reunió con el primer ministro, Sali Berisha, y con las principales autoridades.
Albania, el último país de Europa en instaurar la democracia, en 1991, después de medio siglo de la férrea dictadura comunista de Enver Hoxha, abrió un nuevo capítulo el pasado mes de abril con su ingreso en la OTAN y su solicitud de adhesión a la UE.
Moratinos, en la rueda de prensa ofrecida junto con su homólogo, Lulzim Basha, se mostró seguro de que Albania logrará esta meta en los próximos años.
"Tengo la profunda convicción de que Albania será miembro de pleno derecho de la UE. Sus ciudadanos serán de la UE. Es un camino irreversible. Ahora se trata de trabajar para que sea lo más rápido posible", aseveró.
Moratinos hizo hincapié en que la integración de los Balcanes occidentales en la familia europea será una de las prioridades del mandato español de la UE, aunque puntualizó que cada país tendrá su tratamiento y ritmo propios.
De los países de la región, el que más cerca tiene el acceso a la ampliación es Croacia y ya lo han solicitado Macedonia y Montenegro.
Los próximos en hacerlo serán Serbia, al que Holanda sigue reprochando falta de colaboración para capturar a los criminales de guerra que aún quedan libres, y Bosnia-Herzegovina.
Sobre la situación de Kosovo, provincia de mayoría albanesa, Moratinos dejó claro que España seguirá sin reconocer su independencia unilateral de Serbia hasta que no haya "un acuerdo entre las partes o una resolución del Consejo de Seguridad" de la ONU.
Hizo hincapié en que esta postura, compartida por Eslovaquia, Rumanía, Grecia y Chipre dentro de la UE, no responde a una cuestión "táctica", sino a una "convicción profunda" y a la defensa de la legalidad internacional.
Moratinos exigió "respeto" para esta posición, igual que España respeta la interpretación que hacen los cerca de 60 países que han aceptado la secesión kosovar, proclamada en febrero de 2008.
Este asunto se tocó de soslayo en la reunión con el primer ministro albanés, Sali Berisha, quien le agradeció el apoyo que España está brindando a la perspectiva europea del llamado "el país de las águilas".
Hablaron de la lucha contra la corrupción en Albania, ámbito en el que Moratinos alabó las reformas que el Gobierno local está haciendo para reducir un mal endémico desde el fin de la dictadura.
Con motivo de la visita, se firmó una acuerdo de cooperación para luchar contra el crimen organizado que permitirá el trabajo en común de las fuerzas de seguridad y el intercambio de información.
Se suscribieron otros convenios en materia diplomática, aduanera, medioambiental y agrícola, que permitirá a Albania conocer la experiencia española en el cultivo del olivo y la producción de aceite.
En opinión de Moratinos, estos acuerdos prueban que la relación bilateral es "seria, profunda y extremadamente satisfactoria" y tenderá a más por el deseo de las empresas españolas de invertir en Albania en sectores como el turismo o la energía.
A ello ha contribuido la sintonía no sólo acerca de la UE, sino también sobre el diálogo euromediterráneo y la Alianza de Civilizaciones.
Moratinos aprovechó su estancia en Tirana para participar en la reunión en la que el Gobierno albanés inauguró su plan nacional sobre la iniciativa en favor del diálogo interreligioso lanzada por España y Turquía en 2004 y apadrinada por la ONU.
En Albania, de 3,5 millones de habitantes y cuna de Madre Teresa de Calcuta, conviven en armonía musulmanes -70 por ciento-, católicos y ortodoxos, después de haber sido el primer estado ateo del mundo en la dictadura.