"Tenemos temas en cooperación, en materia de narcotráfico, en materia de lucha contra el terrorismo. Tenemos temas de energías limpias. El año pasado firmamos un memorando de entendimiento para ver cómo desarrollamos el área de energías limpias sostenibles en el tema de los biocombustibles", subrayó el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, en un comunicado difundido hoy.
Bermúdez agregó que asuntos como el Tratado de Libre Comercio bilateral y los mecanismos de cooperación en educación también serán tratados por Obama y Uribe.
Por su parte la embajadora colombiana en Washington, Carolina Barco, declaró a la emisora de radio RCN que de la reunión de Uribe con Obama va a "salir un esquema de trabajo, unos compromisos de trabajo conjuntos que son muy importantes".
Según lo informado por Barco, Uribe llegará el domingo por la noche a Washington y será recibido al día siguiente por la tarde en la Casa Blanca.
En la agenda del presidente colombiano está también un almuerzo con los principales dirigentes del Banco Mundial (BM), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros organismos, para intercambiar ideas sobre las perspectivas de economía mundial.
El martes Uribe viajará a Panamá para poder estar en la toma de posesión del presidente electo de ese país, Ricardo Martinelli.
"Barack Obama viene pidiendo que trabajemos en toda la región en distintos temas como el de la seguridad nacional, la lucha contra las drogas, el cambio climático y la educación", dijo la diplomática.
Barco precisó que ese encuentro va permitir a Colombia dar a conocer a Obama la manera en que se apoya a la región en temas de seguridad, educación y energía.
"Nos va a permitir mostrar como podemos ser unos socios y trabajar con ellos (Estados Unidos) en la región", agregó.
La embajadora colombiana agregó que será una conversación "muy rica, que es lo que se busca con esos primeros encuentros", es decir, "un diálogo de intercambio de perspectivas y de propuestas".
El TLC entre los dos países está pendiente de la ratificación en el Congreso de Estados Unidos, donde hay congresistas que se oponen mientras no mejore la situación de los derechos humanos y se trabaje para evitar la impunidad de los asesinatos de sindicalistas en Colombia.