Pons, en la conferencia de prensa que ha ofrecido después de la reunión del Comité de Dirección del partido, ha acusado al presidente José Luis Rodríguez Zapatero de poner a su Gobierno "al borde de la insumisión constitucional".
A su vez, ha defendido la estrategia de su partido, y en particular la del líder de la formación, Mariano Rajoy, en todo este asunto, ya que "en ningún momento ha eludido hablar" del Estatuto de Cataluña.
El dirigente del PP ha opinado que, debido a la situación creada, el país necesita un Ejecutivo "estable" que sepa afrontar "la crisis institucional" que el propio Zapatero ha provocado.
A su juicio, el Gobierno del PSOE no puede acometer esta tarea, y así, ha llegado a la conclusión de que ahora se requiere un cambio en el poder. "Para afrontar la crisis institucional que ha provocado Zapatero necesitamos otro Gobierno", ha resumido.
Con todo, el responsable de Comunicación de los populares ha puesto énfasis en denunciar las intenciones del PSOE y del PSC con el Estatut, especialmente la pretensión de aprobar leyes orgánicas que desarrollen el texto catalán a pesar de las interpretaciones que de él han hecho los magistrados del alto tribunal.
"Si el Congreso pudiera alterar el sentido de la Constitución, como ahora pretende el Gobierno, la Constitución entonces no serviría para nada", ha subrayado el mandatario del PP antes de insistir en que obviar la interpretación de los magistrados a través de "atajos" como estos "puede quebrar la voluntad constitucional".
Ante semejantes supuestos, Pons ha pedido al Gobierno que acate y respete la norma suprema y la interpretación del alto tribunal. A su entender, no tiene otra salida.
El Partido Popular, en esta tesitura, aportará "el sentido común" que le falta ahora a un "mareado Gobierno", ha destacado el vicesecretario de la organización, para quien el PSOE practica "dos discursos contradictorios", y o bien engaña a los catalanes, o bien miente al resto de los españoles.
Según ha declarado, ese "sentido común" que mostrará el PP consistirá en hablar de los "problemas reales" de los catalanes, especialmente del paro, cuestión en la que los populares, por su experiencia, son fundamentales.