Reservas de flamencos y francófonos sobre el texto del mediador en Bélgica

AGENCIA EFE 05/01/2011 12:34

Vande Lanotte, cuya fórmula gira en torno a una descentralización del impuesto de la renta de las personas físicas en favor de las regiones, no ha recibido un sí rotundo de las principales formaciones en Bélgica, pues los dos partidos más importantes, la alianza separatista flamenca NV-A y los socialistas francófonos (PS), mantienen reservas al texto.

Bart De Wever, líder de la NV-A, ha calificado de "fundamentales" las objeciones -aún sin detallar- de su partido al texto, mientras que Elio Di Rupo, jefe de las filas socialistas francófonas, ha definido su postura como la de "un sí con condiciones", un mensaje más esperanzador que el de los soberanistas.

Según la televisión pública francófona RTBF, los socialistas consideran la propuesta de Vande Lanotte "un buen punto de partida" para seguir negociando, si bien creen necesario retomar ya las conversaciones para conseguir un acuerdo "equilibrado" para unos y otros.

De Wever, sin embargo, condicionaría proseguir con las negociaciones sobre el texto a que el resto de formaciones escuchase y aceptase sus reservas al mismo, según ha declarado.

También enrocado en su posición se ha mantenido la formación flamenca democristiana de la CD&V, cuyo líder, Wouter Beke, ha afirmado que "antes de sentarse a negociar conviene hacer algunas precisiones al texto, capítulo por capítulo".

Más receptivos a la propuesta se han mostrado los socialistas de la SP.A, y los verdes del Groen (flamencos), así como los democristianos de la CDH y los ecologistas de Ecolo (francófonos).

La fórmula propuesta por Vande Lanotte prevé instrumentos económicos para contentar a la próspera Flandes, pero también elementos de compensación que puedan llevar a la deprimida Valonia a aceptar el nuevo modelo resultante.

La propuesta prevé la cesión del 26% del impuesto sobre la renta de las personas físicas a las regiones (Flandes, Valonia y Bruselas capital).

También contempla un nuevo esquema de financiación para la región de la capital, que asume gastos añadidos de los flamencos y el personal de la UE y la OTAN que trabaja en Bruselas, pero no pagan allí sus impuestos.

Otro elemento clave de la fórmula presentada por Vande Lanotte es la escisión del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), en la periferia de Bruselas, uno de los puntos de mayor fricción entre unos y otros.

Se propone que los francófonos (minoría) que viven en BHV puedan elegir su régimen lingüístico en el plazo de tres años, pero que la designación de alcaldes siga en manos de la región de Flandes.

Asimismo, se aboga por descentralizar aún más los ministerios de Justicia y Empleo y suprimir el Senado, como tal.

Bélgica cumplió el pasado jueves 200 días sin gobierno desde la celebración de las elecciones generales, con lo que bate su propio récord, conseguido en la crisis de 2007.

Desde los comicios del 13 de junio, el rey Alberto II, uno de los pocos elementos de unidad que les queda a los belgas, ha encargado hasta cinco misiones de "conciliación", "mediación", "preformación" y "clarificación" para tratar de acercar posiciones entre los partidos.

El éxito de esta última misión dependerá de las negociaciones que para limar asperezas sobre la propuesta mantengan los partidos, que apurarán hasta el final las posibilidades de éxito de la misma.

La formación de un nuevo gobierno resulta cada día más urgente, pues la economía del país puede verse debilitada si los mercados comienzan a desconfiar de ella por la inestabilidad política de la que hacen gala los belgas.