Santos restablece la "armonía" en sus primeros 100 días de Gobierno

AGENCIA EFE 14/11/2010 15:30

El proyecto de Ley de Víctimas, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, el respeto a la separación de poderes y su actitud dialogante con la oposición han sido para la sociedad colombiana "una especie de aire refrescante", dijo a Efe el analista y ex comisionado de paz Daniel García-Peña.

"La gente siente que el país se distensionó", expresó, por su parte, el politólogo Ricardo Santamaría al diario Portafolio al analizar la altísima popularidad de Santos, que hoy, cuando se cumplen 100 días de su llegada a la Presidencia, ronda el 89%.

Según un sondeo del diario El Tiempo, difundido este domingo, y en una consulta a 700 personas en 13 ciudades del país, con un margen de error del 3,5% y una confiabilidad del 95%, señala que la "imagen favorable" del gobernante alcanza el 75,1%.

Y es que Santos ha demostrado que la Ley de Víctimas, que busca atender y reparar a más de cuatro millones de afectados por el conflicto sin discriminar si los victimarios fueron guerrillas, paramilitares o agentes del Estado, y la Ley de Tierras, para devolver a los campesinos unos dos millones de hectáreas usurpadas, son su prioridad.

Para García-Peña, también director de la ONG Planeta Paz y profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional, eso tiene "un inmenso significado" y es "muy saludable para el país y la democracia".

En la misma línea, el analista político y profesor de la Universidad Javeriana Fernando Giraldo explicó a Efe que Santos entiende la necesidad de "compensar" a las víctimas para "cerrar el círculo del conflicto" que arrastra Colombia desde hace medio siglo, con lo que "ideológicamente" marca diferencias con el Gobierno de Uribe (2002-2010).

Esas diferencias también saltan a la vista en la relación con Venezuela, ya que el pasado 10 de agosto, solo tres días después de asumir el poder, Santos y su homólogo Hugo Chávez restablecieron los lazos bilaterales inaugurando una nueva etapa de confianza y respeto.

A juicio de Giraldo, la reconciliación con Venezuela ha contribuido a "restablecer el respeto tradicional" de América Latina hacia Colombia, tras varios años de "aislamiento".

Colombia tiene ahora "autonomía e independencia frente a Estados Unidos, sin romper la cooperación", sostiene Giraldo, mientras que, para García-Peña, Santos camina hacia "diversificar la política exterior sin pelear" con Washington, su histórico aliado.

En cuanto a Ecuador, basta recordar un gesto: el 7 de agosto, día de su investidura, Santos se reunió con su homólogo Rafael Correa y le entregó la información de los computadores del abatido jefe guerrillero "Raúl Reyes", reclamada por ese país para avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones bilaterales, rotas desde 2008.

También en la política interior resaltan cambios de estilo: "hay respeto a la separación de poderes y una actitud de diálogo con la oposición, tachada antes de terrorista", afirma García-Peña.

Al respecto, Giraldo anota que se ha restablecido la "institucionalidad, resquebrajada por el anterior Gobierno", con decisiones como el "acercamiento" al Poder Judicial mediante el cambio de la terna propuesta por el Ejecutivo para elegir Fiscal General, un cargo que llevaba casi año y medio en interinidad.

Y la corrupción, uno de los graves problemas, está empezando a ser atajada con la intervención por presuntas irregularidades de dos entidades estatales: una encargada de administrar bienes incautados a narcotraficantes y otra de gestionar recursos para la lucha contra el secuestro.

"¿Qué echa uno de menos?", se pregunta Giraldo. "Que no aparece bien diseñada una política social" y el tema de "producir empleo, que no se construye con declaraciones de buena voluntad", responde.

En opinión de García-Peña, la gran duda es si será "compatible" la "mirada más conservadora" que ha dado Santos a la política económica, con un equipo "de corte neoliberal", con proyectos como la Ley de Tierras.

Otra tarea pendiente es resolver el conflicto armado, que sigue sin dar tregua pese a éxitos como la muerte en un bombardeo en septiembre pasado del "Mono Jojoy", jefe militar de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Las cifras hablan por sí solas: 3,7 millones de desplazados internos y 380.000 refugiados en el exterior, unos 50 líderes políticos y sociales asesinados desde el pasado 7 de agosto y niveles de violencia en Medellín (unos 1.500 muertos este año por la guerra de pandillas) que no se veían desde los noventa.

"Tarde o temprano será necesario reconocer que el conflicto no se resuelve por la vía militar, sino con una salida negociada. Lo positivo es que Santos entiende que el conflicto no es solo un asunto militar, es algo más complejo", argumenta García-Peña.

Aún así, Santos ha tomado en cien días decisiones suficientes para afirmar que Colombia cambió de rumbo.