"La apuñalé, no paré hasta que cayó al suelo"

Informativos Telecinco / Agencias 20/10/2014 15:29

Este lunes ha tenido lugar la primera sesión en la Audiencia Provincial de Granada el juicio contra un hombre que habría asesinado a su exnovia tras asestarle 18 puñaladas, y después profanar su cadaver. Ha asegurado ante el jurado que "empecé a apuñalarla y hasta que no se cayó al suelo no paré, pero no estaba pensando en hacer daño", además de reconocer que se encontraba ebrio tras tomarse tres litros de cerveza.

El procesado, de 38 años e iniciales O.C.T., se enfrenta a un total de 25 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, y otros cinco meses más de cárcel por otro de profanación de cadáveres, que es lo que solicitan para él tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la madre de la víctima, y la acusación popular.

La defensa, por su parte, enmarca los hechos en un delito de homicidio, por el que acepta una pena de 10 años, o, asesinato, con las atenuantes de consumo de alcohol, arrebato y confesión de los hechos, por el que, en ese caso, aceptaría una pena de 15 años.

El inculpado, que ha afirmado que intentó suicidarse hasta en dos ocasiones después de apuñalar mortalmente a su ex, ha explicado que la relación sentimental se había iniciado un año y medio antes a los hechos, aunque la situación en los últimos meses se complicó, lo que había llevado a su novia, que tenía entonces 29 años, a cesar la convivencia.

El acusado decidió rescindir el contrato de alquiler, y llamó a la víctima para que le ayudara a recoger las cosas. Al llegar a la vivienda, ella le comenzó a echar en cara que estuviese bebido, iniciando una discusión en la que la mujer reconoció que mantenía una relación con un amigo común. Cuando ella se encontraba en la cocina, el acusado, según ha explicado, cogió un juguete de cuerda de su perra para extrangularla. Esta le asestó un golpe en la cabeza y comenzó el forcejeo.

Dejó el cuchillo clavado en su cuerpo

Sin embargo, consiguió coger un cuchillo con el que le empezó a dar puñaladas, 18 según el informe forense, aunque él no recuerda el número: "Por culpa de ser cocinero tuve la mala suerte de tener esa habilidad. Empecé y hasta que no se cayó al suelo no paré, pero no estaba pensando en hacer daño", ha indicado, afirmando que no pudo sacar el arma del cuerpo de la joven.

Tras esto, decidió cortarse las venas en la bañera, aunque no lo consiguió, por lo que decidió marcharse a Almuñecar para tirarse desde un peñón, algo que tampoco logró. Antes de irse, cogió la mochila que la víctima había llevado hasta allí, y, al ver que ella se había querido llevar unos juguetes sexuales que habían comprado juntos, reaccionó con el objetivo de resarcirse, y con el artículo profanó su cadáver, introduciéndoselo junto con otro objeto en ano y vagina.

A continuación, cogió a su perra y se dirigió a tomar un taxi, para que lo llevara a Almuñécar. Una vez allí, siguió bebiendo y llegó a llamar, según ha admitido, a la jefa de su ex, a la que le "mintió" diciéndole que la chica se había tenido que marchar a Ciudad Real porque "habían matado a su madre".

El procesado ha dicho no recordar más detalles de lo sucedido, salvo que fue detenido. Según ha indicado a preguntas de su abogado, tiene problemas con el alcohol desde los 17 años, y de hecho le han llegado a despedir de hasta cuatro trabajos por esa razón. Tras su declaración, la vista se ha dado por finalizada y continuará el martes, con la declaración de los testigos propuestos por las tres acusaciones y la defensa.