Según aseguró Qady en una rueda de prensa, sólo 17 representantes de partidos políticos lograron escaños en la Cámara Legislativa jordana, compuesta por 120 diputados.
Qady especificó que 78 legisladores de la antigua cámara, disuelta el año pasado, han sido reelegidos en los comicios, mientras que otros 37 han sido derrotados en las urnas.
A la cita electoral concurrían 763 aspirantes, 86 de los cuales pertenecían a partidos políticos, mientras que el resto eran independientes respaldados por familias, tribus u otras organizaciones de carácter no político, en su mayoría simpatizantes o cercanas a la Casa Real.
Desde la reforma electoral de principios de los 90, con la que comúnmente se llamó la ley de "un hombre, un voto", el factor tribal se ha impuesto en todos los Parlamentos elegidos a partir de aquella fecha.
El ministro de Interior jordano mostró su satisfacción por el índice de participación, que alcanzó el 53 por ciento, y confesó que el Gobierno esperaba una cifra más baja.
El resultado de los comicios no supone ninguna sorpresa, especialmente, después del boicot anunciado por la principal fuerza de la oposición, el Frente de Acción Islámica (FAI), el brazo político de los Hermanos Musulmanes, que decidió retirarse tras condenar la falta de garantías para asegurar uno comicios transparentes.
"Aquellos que han puesto en duda el proceso electoral han perdido su credibilidad y no han conseguido nada", dijo Al Qadi en clara referencia al FAI y al puñado de pequeños grupos políticos que se unieron al boicot electoral.
La nueva cámara contará, además, con la presencia de 13 diputadas, 12 de las cuales lograron su asiento gracias a la cuota establecida por la ley.
Únicamente, Rim Badran, hija del ex primer ministro Mudar Badran, se impuso en una de las circunscripciones de Ammán, convirtiéndose en la segunda mujer, después de Toujan Faisal, en la historia de Jordania que consigue un escaño compitiendo contra candidatos varones.