Cayo Lara carga contra el "fuego amigo" de Podemos y sus "calificativos de desprecio" a IU

EUROPA PRESS 21/03/2016 14:06

El coordinador federal de IU, Cayo Lara, ha cargado contra el "fuego amigo" que recibe su organización por parte de Podemos, un partido al que asegura que recibieron "como una fuerza amiga" pero del que, según lamenta, sólo han cosechado "una OPA hostil en toda su dimensión y calificativos de desprecio", además de "oposición a forjar alianzas electorales en el Estado" o negativas a "facilitar" que IU pudiera tener grupo parlamentario propio en el Congreso.

En un artículo publicado en el último número de la revista Mundo Obrero, recogido por Europa Press, Lara hace un análisis de la situación de IU antes de la Asamblea Federal que celebrará el próximo mes de junio y su relación con otras organización, sobre todo con Podemos.

En este contexto, destaca su labor social e institucional durante los últimos años y apunta que el ascenso de Pablo Iglesias obedeció a las "alfombras" que le puso "el sistema", que "no podía permecer cruzado de brazos" ante la posibilidad de que una fuerza de IU, con gente del Partido Comunista en su seno, superara porcentajes electorales del 10 por ciento. "Se pusieron alfombras de comunicación a otra fuerza que las aprovechaba convenientemente y que nos entraba por la izquierda para adelantarnos por la derecha", insiste.

Cayo Lara explica que IU recibió a Podemos como "una fuerza amiga" tras las elecciones europeas, "facilitándole" incluso su entrada en el grupo GUE de la izquierda europea. Y sin embargo, sólo recibieron palabras de rechazo por parte de los dirigentes del partido morado.

LOS CAMBIOS DE SIGLAS "CONFUNDEN" AL ELECTORADO

Pero además, asume que IU "no ayudó" a aliviar esta situación, "enrocados en problemas internos" y transmitiendo sólo a la sociedad "acusaciones mutuas y conflicto". "La gente no nos quiere ni nos necesita en la bronca sino en la movilización y en la propuesta", defiende tres meses después de las elecciones generales, en las que IU se quedó en el 3,67 por ciento de los votos y sin grupo parlamentario propio.

A su juicio, a esto contribuyó el hecho de concurrir a las elecciones como IU-Unidad Popular, una mcarca decidida "a dos meses" del proceso electoral. "La profusión y cambios frecuentes de siglas confunden al electorado y es especialmente negativo para quienes no disponemos de recursos y medios de comunicación para publicitar nuestras marcas", asume.

Cayo Lara cree que todo partido debe tener "un mensaje claro, una marca reconocida y sobre todo un proyecto de Estado que se reconozca perfectamente en cualquiea de los territorios"; mientras que "diluir el mensaje, devaluar o enaltecer la propia marca en función de la coyuntura, o no ser reconocibles como proyecto de Estado", les "debilita" para pedir la confianza de los ciudadanos.

Por ello, entra en el debate sobre el futuro de IU tras su Asamblea Federal y avisa a quienes proponen crear un nuevo órgano superior de la necesidad de reflexionar sobre la necesidad de crear una estructura más. "No vayamos a pasarnos la vida reuniéndonos de estructura en estructura y no estemos a la altura de las circunstancias del momento", avisa.

CONVIVIR EN UNA IU "PLURAL Y DIVERSA"

Según recuerda, de las 25.000 personas que forman parte de IU, la mayoría son independientes de partidos y hasta ahora han convivido en una organización "plural y diversa", concurriendo electoralmente con otras fuerzas y teniendo al partido como "histórico ideológico".

"Creo que el debate no está entre lo viejo y lo nuevo, lo moderno o lo rancio, lo abierto o lo cerrado, el ahora o nunca, la sigla A o la sigla B --argumenta--. El debate está en si somos capaces, sin acusarnos de neocarrillistas ni de despreciar sistemáticamente a nuestra gente, de ponernos de acuerdo para continuar la línea que perdimos discutiendo si son galgos o son podencos, el tiempo de estar en las luchas, en las movilizaciones, elaborando iniciativas y alternativas a los problemas reales existentes para llevarlas a las instituciones y conseguir ganar hegemonía para hacerlas realidad".

Y todo ello creyéndose que no son "muleta de nadie", ni de partidos viejos ni nuevos, y se trata de una organización "soberana" que debe decidir sus alianzas en función de la correlación de fuerzas y los programas.