Un científico ruso canjeado confirma a su familia que está en el Reino Unido

AGENCIA EFE 10/07/2010 12:40

"Ha telefoneado a su familia y les dijo que se encuentra en el hotel de una pequeña ciudad inglesa cerca de Londres", informó a la agencia Interfax la abogada de Sutiaguin, Anna Stavítskaya.

En otra conversación telefónica con un amigo, Sutiaguin dijo que le han prometido una reunión el lunes con personalidades oficiales para formalizar su estancia en el país, puesto que no tiene visado británico y negó que su pretensión sea obtener asilo político.

"Primero estudiaré la situación en Rusia y en Gran Bretaña en torno a mi persona, y solo después tomaré la decisión sobre mi futuro lugar de residencia", dijo Sutiáguin, citado por su amigo a la agencia RAPSI.

Tras un acuerdo entre el Kremlin y la Casa Blanca, EEUU entregó ayer a Rusia a diez ciudadanos detenidos por espiar para Moscú, que, por su parte, liberó a cuatro rusos que cumplían condena por trabajar para los servicios secretos norteamericanos, entre ellos Sutiaguin.

El canje tuvo lugar en el aeropuerto de Viena, tras lo cual los rusos deportados por EEUU volaron a Moscú, mientras que el avión con los que fueron liberados por Rusia se desplazó a la base aérea británica de Brize Norton, en el condado de Oxfordshire.

Horas más tarde, ese mismo avión, fletado por EEUU, partió hacia Washington, mientras medios británicos informaron de que dos de los canjeados, Sutiaguin y Serguéi Skripal, ex coronel del espionaje militar ruso condenado en 2006 a 13 años por trabajar para el Reino Unido, se quedaron en territorio británico.

A EEUU habrían volado el ex agente del espionaje exterior ruso Alexandr Zaporozhski, condenado en 2003 a 18 años por trabajar para la CIA, y Guennadi Vasilenko, ex agente de los servicios secretos rusos que formalmente cumplía condena por tenencia ilegal de armas y no por espionaje.

Como condición de Moscú para el canje, los cuatro se reconocieron culpables, tras lo cual fueron indultados por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y Rusia -a diferencia de la URSS de los tiempos de la Guerra Fría- no les privó de su nacionalidad.

Sutiaguin, experto y analista militar detenido en 1999 y condenado en 2004 a 15 años bajo acusación de espiar para Londres y Washington, nunca se había reconocido hasta esta semana culpable, y Amnistía Internacional (AI) lo consideraba un "preso político".

Su familia y abogados afirman que fue presionado por agentes rusos y estadounidenses para admitir su culpabilidad, pues la condición de Washington para el canje era que así lo aceptaran todos los implicados en el trato.

También los diez detenidos en EEUU hace dos semana aceptaron un trato con la justicia por el que se reconocieron culpables de actividades ilegales, aunque no de espionaje, a cambio de su deportación a Rusia.

La madre de Sutiaguin, Svetlana Sutiaguina, dijo a AI que su hijo fue obligado a ser parte del canje y que considera su traslado al extranjero una "expulsión" de su país, que él no quería abandonar.

Fuentes de los servicios secretos rusos dijeron hoy al diario "Moskovski Komsomolets" que Sutiaguin se opuso al canje y a su deportación del país, y que los agentes norteamericanos lograron a duras penas convencerlo que se reconociera culpable.

"Cuando le dijeron que para recuperar la libertad debía reconocer su culpa, se puso histérico. Gritaba que no había cometido nada y que solo era un científico", dijo la fuente, al subrayar que de esta forma Sutiaguin pierde la oportunidad de limpiar su nombre.

Su abogada recordó que los cuatro liberados por Moscú fueron seleccionados por EEUU, y no por Rusia, en el caso de Sutiaguin previsiblemente por ser considerado un "disidente" cuyo proceso estuvo plagado de irregularidades, y su nombre mencionado en más de una cumbre ruso-norteamericana.

La letrada subrayó que el científico aceptó declarase culpable temiendo en particular por sus familiares, que se quedan en Rusia, y que aún así le pidió que reiterara su afirmación de que nunca había sido espía.

Rusia presentó el canje de espías, el mayor desde el fin de la Guerra Fría, como una muestra elocuente de la mejora de sus relaciones con EEUU.

Según analistas, tanto el Kremlin como la Casa Blanca deseaban cerrar cuanto antes el último embarazoso caso de espionaje, que ensombrece sus nuevas relaciones y podría torpedear la ratificación en EEUU del nuevo tratado de desarme nuclear.