Colectivos cristianos creen que tras el desarme de ETA hay "otras violencias políticas que amenazan" un "proceso de paz"

EUROPA PRESS 24/04/2017 13:37

Las Comunidades Cristianas Populares, Herria 2000 Eliza y la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria han advertido de que tras el "esperado y deseado desarme de ETA" existen "otras violencias políticas, económicas, ecológicas y culturales que siguen amenazando un proceso integral de paz, convivencia y reconciliación".

Asimismo, han reclamado a los obispos vascos que asuman "una autocrítica de sus silencios ante flagrantes injusticias" y que pidan la desaparición de "todas las violencias".

Con motivo del 80 aniversario del bombardeo de Gernika, estos colectivos cristianos han mostrado además en un comunicado su deseo de impulsar un proceso de "construcción de la paz y de concordia, de reparación de todas las víctimas en una sociedad normalizada desde la justicia".

Tras afirmar que el aniversario del bombardeo de Gernika es memoria "reivindicativa de Euskal Herria que mantiene vivo su recuerdo e impulsa a realizar la paz", han lamentado los "largos años de represión contra nuestro pueblo y de prolongado sufrimiento para numerosas víctimas a causa de distintas violencias y enfrentamientos".

Asimismo, han valorado la nueva situación creada "a partir del histórico 8 de abril con el esperado y deseado desarme de ETA" y que, según han resaltado, ha sido llevado a cabo "con la colaboración de diversas instancias internacionales y locales, así como agentes de la sociedad civil vasca".

"Es una importante y decisiva oportunidad para afrontar todas las dimensiones y causas del conflicto, superar los efectos de enfrentamientos y violencias generadores de tantas víctimas y sufrimientos y mirar con esperanza y determinación al futuro", han indicado, para añadir que "desean impulsar un proceso de construcción de la paz y de concordia, de reparación de todas las víctimas en una sociedad normalizada desde la justicia".

A su juicio, el camino por recorrer será no obstante "todavía difícil", ya que la paz "no es solamente la ausencia de violencia de una de la partes". "Otras violencias políticas, económicas, ecológicas, culturales permanecen y siguen amenazando un proceso integral de paz, convivencia y reconciliación", han advertido.

Por otro lado, han denunciado que en el contexto internacional se intensifican "conflictos sangrientos, amenazas bélicas, neofascismos económicos capitalistas y fundamentalismos religiosos que continúan generando nuevos 'Gernikas' y millones de migrantes y refugiados".

Ante estas situaciones, "después de los largos y angustiosos años de dictadura y en el difícil y penoso periodo de una transición no realizada en sus iniciales expectativas", han expresado su solidaridad con "todas las víctimas de las distintas violencias que debieron haberse evitado por medios democráticos y dialogantes".

PRESOS

Tras mostrar su "reconocimiento y exigencia de justicia y reparación para todas las víctimas sin discriminaciones", han solicitado a las diferentes instancias políticas "pasos firmes, honestos y convincentes por los caminos del diálogo y acuerdo, en especial por parte de los estados español y francés".

También han pedido atención "preferente" a todas las víctimas sin excepción, así como resolver "en justicia y con humanidad el grave y urgente problema de los presos y exiliados de motivación política, terminando con la vengativa dispersión y, sobre todo, con el encarcelamiento de presos gravemente enfermos".

Para ello, han propuesto a movimientos sociales y populares

implicarse activamente en el proceso de paz, así como confluir en acciones eficaces que recojan la voz del pueblo y sus gentes para construir la paz e "impulsar el ejercicio de la libre decisión en Euskal Herria".

IGLESIA VASCA

Por otro lado, han sostenido que en el actual proceso corresponde a la Iglesia vasca una "especial responsabilidad para lograr la construcción de la paz dentro de la pluralidad política y social de nuestro pueblo".

Así, han reclamado a los obispos vascos que promuevan una relación "honesta y abierta" con todas las tendencias en "la Iglesia vasca, unida, evitando posicionamientos parciales sin dependencias interesadas, con libertad evangélica y profética".

También les han solicitado que "asuman una autocrítica de sus silencios ante flagrantes injusticias y apertura al diálogo sereno y respetuoso, sin exclusiones, entre todas las partes implicadas, como vía de resolución del conflicto, en la que todos y todas seamos agentes".

"Que reclamen la desaparición de todas las violencias e injusticias culturales, políticas, judiciales, policiales (tortura y malos tratos) y, en especial, en la política penitenciaria. Que tengan en cuenta y reconozcan a todas las víctimas de un conflicto que parece no interesa a algunos resolver", han finalizado.