Colau da la razón a Ciudadanos y coloca el lazo amarillo en el Ayuntamiento pese al no del PSC

  • El PSC lo considera un símbolo divisivo

  • No cree que ERC vote en contra de medidas progresistas pese a sus insultos a Colau

  • No considera tampoco que la sentencia del procés deba repercutir en el gobierno de Barcelona

El lazo amarillo acaba de volver al Ayuntamiento de Barcelona. Ada Colau ha decidido colocar el símbolo de los independentistas en la Casa Consistorial en contra del criterio de los socialistas catalanes, su socio de gobierno municipal. Un error, según los socialistas, porque Colau lo ha hecho sin tener un amplio consenso en el Ayuntamiento. La postura de Colau da la razón a Ciudadanos que nunca se ha fiado de la alcaldesa a la que siempre han visto más cerca de los independentistas que de los constitucionalistas.

De hecho, ha roto con Valls por apoyarla. Ahora, en su primera medida como alcaldesa, el equipo del Ayuntamiento "ha querido compartir con los grupos nuestra voluntad de que el Ayuntamiento exprese su solidaridad con las personas que están encarceladas injustamente”, ha explicado la teniente de alcalde Janet Sanz a la salida del encuentro. La edil de BComú ha añadido que, aunque la decisión corresponde a la alcaldesa, “también queríamos constatar las posiciones de los grupos y hemos visto que no han cambiado”.

Los grupos de BComú, ERC y JxCat se han mostrado de acuerdo y PSC, Barcelona pel Canvi-Cs y PP han expresado su oposición. Así, 25 ediles han sido favorables y 16 contrarios.

Collboni dijo no pero de poco sirvió

Jaume Collboni, líder del PSC, dejó claro en El Programa de Ana Rosa en relación a las declaraciones de Colau tras su investidura, en donde la alcaldesa se mostró partidaria de volver a colgar el lazo amarillo en la fachada del ayuntamiento. Collboni, ante esto, ha asegurado que “el PSC votará en contra” de dicha medida. El candidato ha asegurado que cualquier símbolo que se cuelgue tiene que ser “por el consenso de los grupos políticos y por el consenso ciudadano”.

En este sentido, Collboni considera que el lazo amarillo un símbolo “divisivo” de la sociedad catalana, aunque lo respeta como símbolo de solidaridad, mantiene que no debe “estar en un espacio compartido y en una institución, que tiene que estar por encima de conflictos políticos que dividen una ciudad”. Collboni ha calificado de poco agradables los insultos sufridos por Colau en su toma y cree pese a todo que ERC no votará en contra de medidas progresistas. Sobre l resultado del 1-O no cree que tenga que afectar a la gobernabilidad de Barcelona.