La sala desestima un recurso de apelación contra la sentencia, que le condenó por un delito de quebrantamiento de custodia, ya que, cuando se encontraba a la espera de pasar a disposición judicial y en un momento de descuido de los agentes, escapó del edificio y no fue detenido nuevamente hasta el día siguiente.
El recurrente alegaba que el juzgador no advirtió que el acusado no estaba formalmente detenido en el momento en que se marchó de las dependencias de la Guardia Civil, sino que estaba retenido y que la lectura de derechos efectuada fue irrelevante al no estar presente ningún letrado.
Sin embargo, la Audiencia apunta que los agentes de la Guardia Civil han indicado que al acusado se le dio lectura de sus derechos como detenido y se le metió momentáneamente en el calabozo para ir preparando el expediente de alta como tal detenido, "pero ya desde entonces es obvio que tenía la condición y el estatus de detenido".