La negociación por el déficit entre el Ejecutivo central y Cataluña está abierta, pero con tope. "Lo que no es negociable es que el déficit público sea superior al que se cerró el año pasado", ha dicho el ministro de Hacienda. Es decir, no más del 2 por ciento como pide la Generalitat. Aunque será mayor que el 1,2 del que partía el Gobierno. "Las décimas están bien, son importantes, en tanto que generan credibilidad", ha explicado Cristóbal Montoro. "Pero lo que importa a los catalanes y a todos los españoles es acabar con la crisis económica. Para acabar con la crisis tenemos que sanear nuestras cuentas públicas cuanto antes y a partir de ello tenemos que acomodar la corrección del déficit público de cada una de las administraciones". Corrección que espera tener cerrada en junio. Así que Artur Mas ha aparcado el tema fiscal; aunque no el otro en su visita a La Cartuja medieval de Escaladei, ahora en proceso de rehabilitación. "También Cataluña, si miramos un poco atrás, estuvo en ruinas durante mucho tiempo. Pero a pesar de ello, siempre encontró la forma de levantar cabeza y de volverse a levantar como país", ha dicho el presidente catalán, que ha vuelto a apostar por la consulta. "Lo que hay que hacer primero es algo tan estrictamente democrático como dar la voz a la gente para que pueda decidir". De ahí que UPyD, por ejemplo, no se fíe de estas negociaciones entre Gobierno y Cataluña. "Lo que se oculta y no es más que un privilegio para amansar a la bestia, porque puede ser entendido como tal porque nadie lo explica, eso es algo en lo que no estamos de acuerdo, pero vamos a ver en qué se concreta todo", ha indicado su portavoz, Rosa Díez, Porque de todo se puede hablar, dice, pero con luz y taquígrafos.