Todo ahorro va a ser poco con el otoño que nos espera. Agosto, de momento, se presenta tranquilo en lo económico. O, mejor dicho, estable dentro de la gravedad. Porque con los mercados al acecho, cualquier cosa puede pasar. España tiene que afrontar este próximo mes el vencimiento de 9.975 millones de euros de deuda, calderilla si se compara con los 35.000 que habrá que pagar en octubre y los 40.000 de noviembre. Para entonces, ya se sabrá si el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera o el Mecanismo Europeo de Estabilidad se habrán animado a comprar deuda española; hasta ahora un rumor que el ministro de finanzas alemán, y en esto algo manda, se ha encargado de desmentir. Wolfgang Schäuble descarta que el Fondo compre deuda española e italiana, porque las necesidades no son tan altas y pagar un porcentaje mayor por la deuda no es el fin del mundo. De todas formas, para evitar un apocalipsis, mañana se reunirá con el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner. Encuentros que no es que tranquilicen a los empleados públicos. Hoy nueva protesta, en esta ocasión en bicicleta. Transporte alternativo para reclamar una salida también alternativa para la crisis.