El estudio presentado este miércoles lo firman el ingeniero de telecomunicaciones y asesor del Govern, Marcel Coderch, y los economistas Jordi Angusto y Gemma Pons.
Aplican el método de cálculo Bélanger-Campeau de traspaso simultáneo de activos y pasivos, método que se planteó entre Canadá y Quebec en 1995 por si el 'sí' hubiera ganado el referéndum independentista celebrado en la provincia francófona.
Según el estudio, los activos del Estado en Cataluña alcanzan los 58.000 millones de euros: 20.000 son activos materiales --edificios estatales y vías del tren, por ejemplo-- y 38.000 son inmateriales --empresas públicas como Adif y Renfe, por ejemplo--.
Al tener el Estado un situación patrimonial "muy negativa", ERC considera que, si Cataluña se quedara con el total de los 58.000 millones en activos del Estado en la comunidad, Cataluña debería asumir a cambio una deuda estatal de 85.000 millones.
Esta deuda a asumir podría ser menor --los 29.000 millones de cifra mínima que prevé el estudio-- si, en la negociación, la Generalitat decidiera quedarse sólo con los activos materiales y el Estado lo aceptara, un escenario del todo improbable.
Angusto ha admitido que "al Estado español estas cifras le parecerán inaceptables y a los acreedores extranjeros probablemente también", pero ha concluido que es un punto de partida para la negociación que ERC considera que la Generalitat y el Gobierno central deberán emprender en caso de independencia.
El exconseller y presidente de la Fundació Irla, Josep Huguet, ha afirmado que no hay duda de que esta negociación llegará "en un momento u otro", y que el estudio buscar dar contenido a esta negociación.
OTRO MÉTODO DA 200.000
Angusto, que ha detallado que las cifras del estudio son de 2013 al no tener el Estado otras cifras actualizadas, ha admitido que hay otros métodos de cálculo en el reparto de activos y pasivos que cifran en 200.000 millones la deuda estatal que debería asumir Cataluña.
El economista augura que habrá negociación porque, entre otros motivos, "España tiene un agujero patrimonial de 300.000 millones de euros", y asegura que, entre los 85.000 millones de deuda que asumiría Catalunya, está incluida su parte del rescate bancario de Europa a España.
Angusto prevé que este agujero patrimonial no mejore; de ahí que el Estado verá cómo su deuda aumenta, y esto repercutirá al alza en la deuda que debería asumir Cataluña en caso de independencia: "Cada día que pasa se encarece la factura" de ser independientes.
Los 85.000 millones de deuda estatal llevarían a Cataluña a tener una deuda total que se acercaría a los 200.000 millones, pero Angusto sostiene que, con la independencia, se podría pagar e incluso la Generalitat tendía "un rating más favorable".