El Ministerio del Interior ha decidido mantener el nivel 4 reforzado de alarma antiterrorista tras el ataque a una comisaría de Cornellà del Llobregat (Barcelona) y ha activado un protocolo de medidas de autoprotección complementarias para los miembros de cuerpos de seguridad. Tras el presunto ataque terrorista, Interior ha adelantado la reunión de la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista, que se reúne semanalmente, de cara a abordar "cualquier cambio en la situación de la amenaza", según informa el departamento dirigido por el ministro Fernando Grande-Marlaska en un comunicado.
Y es que algo ha cambiado en España desde los atentados de Barcelona. El temor a los yihadistas de casa ha crecido, sí esos jóvenes que han nacido en nuestro país, pero que no se sienten identificados con nada. Son los más difíciles de detectar. Se les llama radicalizados en casa y están fuera de foco. Los expertos tienen claro, y lo demuestran los últimos atentados que la amenaza no va a venir de fuera… sino que ya está dentro.
Desde los atentados del 11-M en Madrid, en 2004, las fuerzas de seguridad han detenido en España a 770 personas y a otras 102 en operaciones en otros países. Según los datos del Ministerio del Interior, esos arrestos tuvieron lugar en las 253 operaciones policiales llevadas a cabo en España y las 35 fuera de nuestro territorio.
Solo desde los atentados de Cataluña la cifra de detenidos es de 41, de ellos 22 a lo largo de este año. El último sobresalto en Cataluña se ha producido hace escasas horas cuando ha sido abatido por los Mossos d'Esquadra en Cornellà de Llobregat (Barcelona), un hombre cuando ha acudido armado con un cuchillo y ha intentado entrar al grito de "Allahu Akbar" (Alá es grande) en una comisaría.
Un hombre, sí, que representa el perfil más temido por los expertos. Nacido en 1989 en Argelia pero, con NIE español, casado con una española, sin antecedentes y que no estaba siendo investigado. También la célula que atentó hace ahora un año en Barcelona y Cambrils (Tarragona) eran jóvenes de este perfil que se radicalizan gracias a los cara a cara porque los radicales ya saben que las redes están más vigiladas. Ahora preocupación tanto los psicópatas como los lobos solitarios. Más impredecibles, letales y menos controlables. Por eso España sigue en alerta 4.