El exjuez Carretero reitera que no quiso amenazar ni herir a sus hijos y acusa a éstos de darle una paliza

EUROPA PRESS 05/06/2012 14:36

El exjuez decano de Valladolid entre 2001 y 2002, José Alberto Rodríguez Carretero, ha reiterado hoy que en febrero de 2010, fecha en la que sostuvo una agria refriega con dos de sus hijos en un céntrico hotel de la ciudad, no tuvo intención de herir ni amenazar a sus vástagos y, en cambio, ha acusado a éstos de propinarle ese día una soberana paliza.

Así lo ha asegurado Rodríguez Carretero al tomar la palabra antes de que la Sección IV de lo Penal de la Audiencia Provincial diera por concluida la vista de apelación de los recursos que tanto él como el Ministerio Fiscal y la acusación particular, esta última en representación de su hijo José Alberto R.Ll, han presentado contra la sentencia del Juzgado de lo penal número 3 que impuso al exmagistrado una pena de un año y tres meses de cárcel y el pago de un multa de 540 euros como autor de un delito de amenazas y una falta de lesiones.

En su alegato, el condenado se ha declarado inocente de los cargos que se le imputan y ha recordado que el día de los hechos sacó un cuchillo de un maletín que llevaba ante las acusaciones de sus hijos de que les estaba grabando la conversación que mantenía con ellos.

"Saqué el cuchillo y les dije que les estaba grabando con él", ha explicado el apelante, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha añadido que fue a partir de ese momento cuando sus dos hijos le tiraron al suelo y le dieron una paliza, a resultas de la cual sufrió la fractura de la nariz y del labio. "Mi única preocupación era que me llevaran lo antes posible al hospital ante el temor a sufrir una hemorragia cerebral, algo que por fortuna no ocurrió", ha concluido.

Rodríguez Carretero, sin embargo, ha rechazado someterse al interrogatorio del Ministerio Fiscal y de la acusación particular, ante lo cual ambas partes y el letrado de la defensa se han limitado a exponer los motivos de sus respectivos recursos de apelación y solicitudes, en los dos primeros casos para que se endureciera la condena y en el tercero para solicitar la absolución.

Precisamente, la defensa del condenado, amén de pedir un fallo absolutorio, ha solicitado, subsidiariamente, una pena mínima pues considera no aplicable la agravante de parentesco y sí las atenuantes de dilaciones indebidas y trastorno mental, mientras que el fiscal, que se conforma con la condena impuesta en primera instancia por el delito de amenazas sobre José Alberto R.Ll, considera en cambio que la falta de lesiones cometida sobre su otro hijo, Ramón, constituye un delito merecedor de una pena de tres años y medio de prisión.

TENTATIVA DE HOMICIDIO

Por su parte, la acusación particular, que imputa al exjuez un delito de tentativa de homicidio, ha reiterado su petición de nulidad del juicio y repetición del mismo por entender que éste tendría que haberse celebrado en la Audiencia Provincial.

Con carácter subsidiario, el acusador particular discrepa de la condena por delito de amenazas cometido sobre su patrocinado, José Alberto, al considerar que se trata de un delito de tentativa de lesiones, por el que pide un año y tres meses, e imputa al exjuez otro delito más de amenazas.

Tanto la acusación pública como la particular solicitan también la imposición al condenado de penas accesorias de alejamiento respecto de su familia.

Los hechos enjuiciados tuvieron por escenario la cafetería del Hotel Felipe IV, sito en la calle Gamazo, donde la noche del 11 de febrero de 2010 José Alberto Rodríguez Carretero participaba en la junta de una sociedad familiar, una convocatoria en la que participaron igualmente sus hijos José Alberto y Ramón junto con un notario para levar acta de lo allí acordado.

La reunión estuvo caracterizada por la tensión, hasta que el procesado anunció su propósito de abandonarla y llegó a ponerse el abrigo, si bien acto seguido optó por tomar asiento de nuevo y situó sobre sus rodillas el maletín que portaba.

Fue entonces cuando, a preguntas de uno de sus hijos de si estaba grabando el encuentro, el imputado sacó uno de los dos cuchillos que llevaba encima--sostiene que los había llevado a una ferretería para afilarlos--y lo dirigió contra su hijo José Alberto, mientras que su otro hijo, Ramón, y un médico que trataron de mediar resultaron levemente heridos, el primero en una mano y el segundo en un dedo.

El condenado, que se encontraba desde hacía tiempo bajo gran presión al estar inmerso en un proceso de separación y su relación con sus hijos se encuentra muy deteriorada, fue ingresado en el Módulo Penitenciario del Clínico tras dictar entonces contra él la juez instructora auto de prisión provisional comunicada y sin fianza por delito de homicidio frustrado.

Con posterioridad estuvo en situación de prisión preventiva en la cárcel de Logroño, donde permaneció hasta mediados de abril del pasado año, cuando la Audiencia de Valladolid acordó su puesta en libertad pero bajo la prohibición de residir y acudir a la capital y la provincia.