El dirigente popular, cuya elección será comunicada de inmediato al Rey por la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, recibió el apoyo de su grupo y el voto en contra de 24 de los 25 diputados del PSOE -uno de ellos no pudo acudir por enfermedad- y los 12 del BNG.
Antes de que terminase la sesión, que se reanudó esta mañana después de que el martes Núñez Feijóo pronunciase su discurso de investidura, fue saludado en primer lugar por su antecesor, Emilio Pérez Touriño y, una vez levantado el pleno, por el resto de miembros del Gobierno gallego en funciones y por la mayoría de diputados.
Además, Feijóo tuvo un reconocimiento "explícito" a su antecesor y al todavía vicepresidente en funciones, Anxo Quintana, que ya forman parte, dijo, "del patrimonio" de Galicia.
Poco antes de salir elegido, Núñez Feijóo ofreció a los grupos de oposición seis pactos principales para llegar a acuerdos durante la legislatura con el objetivo de "lograr una Galicia mejor", al tiempo que se comprometió a gobernar sin "apriorismos ideológicos".
Así, ofreció a PSdeG y BNG acuerdos sobre la economía, la reforma de la Administración, la financiación autonómica, la educación, con especial atención a la lengua, la reforma de los medios públicos y la reforma del Estatuto.
Recordó que en los dos días que ha durado el debate de investidura ha pronunciado de forma "constante y reiterada" las palabras "diálogo, pacto y acuerdo", ya que ese es el espíritu que pretende que impere en la legislatura.
El líder del PPdeG acentuó durante su discurso su compromiso de "gobernar para todos" y se mostró convencido de que "todo el mundo" entendió el mensaje de las elecciones, "por qué unos perdieron y otros ganaron".
"El pueblo gallego no quería un Gobierno dividido, sin norte claro y no quería dos gobiernos enfrentados, sino uno fuerte, cohesionado y liderado. El pueblo gallego no quería Gobierno por la mañana y oposición por la tarde, porque los gallegos rechazan los comportamientos que acentúen el clientelismo y el partidismo", dijo.
Durante su intervención, además, Núñez Feijóo anunció que prorrogará la prohibición de construir en la franja de 500 metros de la costa, una ley aprobada por el bipartito, hasta que entre en vigor el Plan del Litoral, que comprometió será este año.
Esta actitud fue saludada por el portavoz socialista, Xaquín Fernández Leiceaga, al igual que su intención de mantener el pacto por la competitividad suscrito por el Gobierno saliente.
En todo caso, el dirigente del PSdeG advirtió a Núñez Feijóo que su grupo político ejercerá en la presente legislatura una oposición "firme y tenaz contra el clientelismo y la erosión democrática" y con vocación de volver al Gobierno "cuanto antes".
Por su parte, el portavoz del BNG, Carlos Aymerich, emplazó al líder del PP a que "comience a decir la verdad" como presidente, y le reclamó que obligue a dejar el escaño a un diputado del PP, por entender que incurrió en incompatibilidades tras formar parte del último Ejecutivo de Manuel Fraga.
En opinión del diputado nacionalista, la campaña electoral de los populares se caracterizó por "la mentira y la difamación", lo que debe ser recordado, dijo, porque "mal que le pese, va a condicionar su Gobierno y, sin duda, también nuestra labor de oposición".
Mientras, el popular Manuel Ruiz Rivas advirtió que los populares no consentirán que desde la oposición se profieran "insidias" u "ofensas" a "Galicia, a nuestros votantes o a cualquiera de nuestros compañeros".
Además, insistió en que socialistas y nacionalistas se comportan "soberbios en la victoria y arrogantes en la derrota", e indicó que los portavoces de la oposición han estado en el debate tan "rancios" como una película de Fernando Esteso, concluyó.