El delegado del Gobierno en el País Vasco afirma que "acosar" a los políticos en sus domicilios no es "justo"

EUROPA PRESS 09/04/2013 11:50

El delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, advierte de que "cuestionar" la democracia y las instituciones no es "justo ni bueno", tras lo que en referencia a los denominados 'escraches', critica que se "acose" a los representantes políticos en sus domicilios.

Urquijo, en un artículo publicado este martes en su 'blog', lamenta que "en los últimos tiempos los políticos aparecemos como la encarnación del mal absoluto".

"Todos los problemas de la sociedad son responsabilidad de quienes nos dedicamos a la cosa pública: la crisis económica, el paro, la corrupción, los desahucios", señala. El delegado del Gobierno reconoce que "algunas decisiones podían haber sido más acertadas y que determinadas personas han aprovechado su paso por algún cargo público para desprestigiar una tarea tan digna como necesaria, como es la política en una democracia".

Sin embargo, destaca que "ni todos los políticos somos unos sinvergüenzas ni todos los problemas que nos acucian son consecuencia del trabajo que desarrollamos".

"DESASTRE"

Urquijo afirma que "la política debe asegurar unos mínimos que garanticen una vida digna y equilibrada a los habitantes de un país, como una educación y una sanidad razonables o una justicia rápida". "También es verdad", añade, que "debe crear el marco adecuado que permita a la iniciativa privada contribuir a la generación de empleo y riqueza". "Los españoles no debemos esperar que todo lo provea el Estado, ya hemos visto el desastre de las sociedades que han apostado todo a esa fórmula", alerta.

Tras reconocer que "debemos mejorar nuestra forma de trabajar porque la situación es complicada y cunde la desesperanza", precisa que "no podemos fiar la salida de la crisis únicamente a la política y a los políticos". "Están también los agentes sociales, los empresarios, los sindicatos y, sobre todo, los ciudadanos", indica. Urquijo, parafraseando al presidente John F. Kennedy, se muestra de acuerdo con la idea de que los ciudadanos "no deben preguntarse qué puede hacer su país por ellos, sino que pueden hacer ellos por su país".

A su juicio, "la sociedad no debe resignarse y menos aún responder solo con la desesperanza y el enfado". A continuación, alerta de que "cuestionar nuestra democracia, poner en solfa todas nuestras instituciones, ni es justo ni es bueno". "Tampoco lo es acosar a sus representantes en sus domicilios", añade.

"POPULISMO"

Urquijo defiende la conveniencia de "perfeccionar" los mecanismos de control de la democracia, pero sin "pero sin tratar de arrumbarla con medidas más o menos populistas, algunas de corte casi revolucionario".

"Entiendo la rabia, la angustia y el desánimo de aquellos que pierden un empleo o no pueden pagar su hipoteca, pero creo que hay que canalizar adecuadamente estos sentimientos para que sean un revulsivo y no un lastre", subraya.

El delegado del Gobierno señala que "los políticos no somos el enemigo". "Tratamos, con la legitimidad obtenida en las urnas, de crear las condiciones para salir de la crisis". A su juicio, "aunque aún no veamos los resultados, las bases para la recuperación ya están sentadas".

"Me atrevo a pedir un poco más de confianza y hacer una llamada a la serenidad para no poner en riesgo lo que con tanto esfuerzo hemos construido en los últimos treinta y cinco años, y que ha sido la historia de un éxito colectivo de todos los españoles", concluye.