Ya conocía el camino y lo importante que puede llegar a ser una imagen de seguridad y aplomo ante decenas cámaras. En el interior, según testigos interrogados, Urdangarin no pudo ocultar muestras de nerviosismo e irritabilidad cuando las preguntas tenía difícil respuestas. Lo que no cambió y se mantuvo firme fue en su mensaje inicial. Antes de aceptar preguntas pidió leer un comunicado donde aseguró que ninguna de las Infantas había avalado o participado en sus negocios.
Un cortafuegos en el que insistió durante las 4 horas que duró su declaración. Menos contundente se mostró en algunas preguntas más concretas. Sobre los 120.00 euros cobrados a la Fundación 16, Urdangarin, visiblemente enfadado, llegó a golpear dos veces la mesa con los nudillos para negar la imputación.
También negó haber manejado dinero o tener cuentas en el extranjero. Pero a diferencia de la declaración del año pasado, esta vez se ha acogido a una de las prerrogativas del imputado, y se ha negado a responder a alguno de los otros abogados personados en la causa.
Tras la declaración de Urdangarin aparecía el segundo mensaje exculpatorio de las infantas. El secretario de las infantas insistía en que solo Iñaki urdangarin y diego torres eran los máximos responsables del Instituto Nóos.