La izquierda logra la mayoría absoluta con un 38 por ciento de los votos escrutados

AGENCIA EFE 26/04/2009 00:00

La Alianza socialdemócrata obtuvo el 32,9 por ciento, frente al 26,8 en las elecciones de 2007, y su aliado en el Gobierno, el Movimiento de Izquierda Verde, logró el 19,9 por ciento.

Ambos partidos ganaron 4 escaños respecto a los anteriores comicios, con lo que los socialdemócratas alcanzaron 22 diputados y los verdes, 13, sumando entre los dos 35 de los 63 escaños de que consta el Althingi, el Parlamento unicameral islandés.

El conservador Partido de la Independencia, en el poder las últimas dos décadas, se quedó con el 23 por ciento y 15 escaños, 13,6 puntos porcentuales y diez escaños menos.

Es la primera vez que la izquierda logra la mayoría absoluta y que el Partido de la Independencia no es la fuerza más votada desde la independencia del país en 1944.

Estos datos provisionales proceden de un recuento de las primeras urnas realizado después de las 18.00 GMT y que se mantuvo en secreto hasta el cierre de los colegios electorales, cuatro horas más tarde, tal como había anunciado la Comisión Nacional Electoral.

El resultado confirma los pronósticos apuntados por las encuestas en las últimas semanas, que auguraban una cómoda victoria de la izquierda, aunque los verdes se quedan varios puntos por debajo de lo esperado y no logran el segundo puesto que indicaban los sondeos.

Además, el centrista Partido del Progreso logró el 13,8 por ciento y el Movimiento Ciudadano, surgido hace apenas unos meses, alcanzó el 7,3 por ciento y 4 escaños, mientras que el Partido Liberal bajó casi 5 puntos hasta el 2,4 por ciento y perdió los 4 diputados que tenía en la anterior legislatura.

El triunfo en los comicios es un respaldo a Jóhanna Sigurdardóttir, ferviente defensora del ingreso de Islandia en la Unión Europea (UE) y que ya ha anunciado su intención de iniciar las negociaciones con Bruselas lo antes posible para poder realizar un referendo el próximo año en un país tradicionalmente "euroescéptico".

El hundimiento de los conservadores refleja el voto de castigo de los electores contra el partido que con su política neoliberal ha llevado a la crisis que provocó el hundimiento del sector bancario el pasado octubre y situó al país al borde de la bancarrota.

Del hartazgo de la población sale beneficiado el Movimiento Ciudadano, un movimiento surgido en torno a las protestas populares que el pasado enero causaron la caída del Gobierno liderado por el conservador Geir Haarde y en el que figuraba como socio menor la Alianza Socialdemócrata.

La dimisión de Haarde permitió la formación de un Gobierno de minoría entre la Alianza y el Movimiento de Izquierda Verde, respaldado desde fuera por el Partido del Progreso, que ha dirigido el país hasta estas elecciones y que ahora podrá seguir gobernando pero en solitario.