Griñán se ha despedido de los suyos del PSOE-A entre aplausos y abrazos. Emoción que ha estado a punto de desbordarle como se ha podido leer en sus labios. "Me iré ligero de equipaje, tal y como llegué al cargo", ha llegado a decir. Ha sito toda una declaración de principios con un mensaje: su imprevista decisión no tiene relación con el caso de los ERE ni con la declaración ante la juez Alaya del exinterventor de la Junta. Deja el cargo, dice, por motivos personales. Pasa el testigo de la renovación a Susana Díaz que ya ha certificado el pacto de gobierno con Izquierda Unida.