De acuerdo con ese medio, el socio minoritario de la coalición de la canciller Angela Merkel obtendría un 4 por ciento, un punto por debajo del mínimo para obtener escaños.
La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, apuntalada en su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), se mantiene como primera fuerza, con un 33 por ciento, pero no podría reeditar su coalición con su tradicional aliado.
El Partido Socialdemócrata (SPD) defiende su posición de segunda fuerza, con un 25 por ciento, seguido de cerca de los Verdes, con un 23 por ciento, mientras que La Izquierda se sitúa en un 8 por ciento.
El FDP atraviesa, desde que formó coalición con Merkel, una profunda crisis de liderazgo.
Westerwelle renunció unas semanas atrás a su reelección como líder, a lo que siguió la designación como sucesor al frente del FDP del actual ministro de Sanidad, Philipp Rösler, quien asimismo asumirá la posición de vicecanciller en el gobierno.
La nueva jefatura deberá ser ratificada por las bases en el congreso a celebrar a mediados de mayo, del que se espera salga una nueva cúpula.
Desde las filas liberales se presiona para que la renovación sea completa, dada la crisis de credibilidad de la formación e incluso el ala más descontenta ha pedido el relevo de Westerwelle como jefe de la diplomacia alemana.
Westerwelle estaba considerado dos años atrás el artífice de la emergencia liberal, que le llevó a recuperar la antigua posición de socio de un Gobierno federal, apuntalado en el 14 por ciento obtenido en las generales de 2009, un resultado récord para la formación.
La coalición de centroderecha de Merkel tuvo un mal arranque, lastrada por continuos disensos de los que se responsabilizó en primera línea a Westerwelle.
A ello siguió una persistente caída de popularidad del ministro de Exteriores, lo que contrasta con la tradición de Alemania, en que ese cargo suele convertir a quien lo detenta en el político mejor considerado por sus compatriotas.
A Westerwelle le ocurrió lo contrario y un demoledor artículo, esta semana, de "Der Spiegel", que cita a un reputado politólogo alemán, Christian Hacke y le califica del peor titular de Exteriores desde Joachim von Ribbentrop, en tiempos de Adolf Hitler,