Cuando denunció el caso no le pudimos poner cara. El escándalo fue en aumento y por fin, en un descuido, pudimos verle el rostro. Pero siguieron apareciendo más noticias y la indignación le empujó a hablar. Le costó atender a los periodistas por miedo. Y ese pánico se ha transformado por fin en una denuncia ante la Audiencia Nacional. Maria Victoria Álvarez, la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, está convencida de que le espían. Asegura que su teléfono está pinchado, que alguien controla la conexión a internet de su casa, que han accedido a todos sus datos personales... ¿Y cómo lo sabe? Porque ella misma contrató a una empresa que se lo confirmó. Teme por su integridad y por eso ha pedido protección.