¿Se merecen dos semanas de vacaciones los políticos españoles?

INFORMATIVOS TELECINCO 25/07/2010 00:00

Mal año. Sobre todo para la credibilidad de los profesionales de la política: las encuestas del CIS subrayan el papel de los representantes democráticos como el tercer principal problema que los españoles perciben. Este hecho los deja en una posición muy cuestionada; no obstante, es pertinente tener en cuenta la responsabilidad de los fondos especulativos, de la banca y de las empresas constructoras para generar la burbuja económica que, estallada, ha traído consigo la actual crisis y la epidemia del desempleo español.

No solo pasa en España

Pero estos últimos factores no parecen importar demasiado a la mayoría de los ciudadanos, que señalan, con cierto sentido común, al gobernante que han elegido democráticamente como el principal responsable de que las cosas no estén marchando precisamente bien. No solo ocurre en España: el ejemplo de Barack Obama, que venciera en el otoño de 2008 por abrumadora mayoría en las presidenciales estadounidenses, resulta ilustrativo: el primer presidente negro de la Historia de los EEUU cosecha ahora mismo un apoyo del 40%; su gestión de la crisis no está siendo precisamente aprobada por los ciudadanos. Algo parecido les sucede a gobernantes como Nicolas Sarkozy o Angela Merkel en Francia y Alemania, respectivamente.

En España, la combinación del problema político con las consecuencias de la crisis económica -un desempleo récord en la UE, perspectivas de crecimiento muy débil, etc.- llevaron a los representantes en el Parlamento a la prolongación del curso político 2009-2010. Un ejemplo de ello fue el retraso en la fecha del Debate sobre el Estado de la Nación, que en 2009 tuvo lugar en el mes de mayo y que en este 2010, por su parte, no se celebró hasta hace dos semanas, bien entrada la estación veraniega.

Un año de infarto

Este año 2010, de infarto en lo económico, no ha dado un respiro a nuestros representantes: el desencadenamiento de la crisis financiera griega ha puesto contra las cuerdas nuestras finanzas, de tal modo que han llegado a proliferar rumores de una supuesta -quiebra ordenada- que iba a tener lugar en el Estado español. ¿Cómo pensar en las vacaciones en momentos como este?

Con los mercados financieros algo más calmados, en parte por las reformas emprendidas por el Ejecutivo español, en parte por sucesos que volverán a producirse al terminar el estío, los miembros de las dos cámaras han visto llegado el merecido momento de tomarse un pequeño respiro.

El verano de los diputados

Un ejemplo es el caso del portavoz socialista, José Antonio Alonso, que dividirá sus dos semanas de vacaciones entre una playa del sur de España y un viaje "más aventurero" por el sur de Inglaterra. Quizá se encuentre con su homóloga en el grupo del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, quien también se decanta por las largas playas del sur para disfrutar de la primera parte de sus vacaciones, y lo hará en familia, con algunos amigos y con el móvil en silencio.

Más de piñón fijo es el plan del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, que hará 'lo de siempre': estará unos días frente al mar en Aigablava, cerca de Begur, dando paseos en su barquita, y luego en su pueblo de Vall d'Arán, paseando por el monte.

No va a desconectar tanto Joan Ridao, de ERC, que, además de descansar, acabará de escribir un libro sobre el Estatut, aunque, "por suerte", podrá dedicar tiempo a su hobby "absoluto", ver cine. Cuenta en su colección 4.000 películas, la mayoría del cine clásico de Hollywood a partir de 1925.

Hay otros como Gaspar Llamazares que, aunque lector entregado y acérrimo, buscará el descanso absoluto en su tierra asturiana bien acompañado por su familia, por los amigos de toda la vida y por dos invitados de excepción, "las fabes y la sidrina". Buenos planes para recargar las pilas: nos espera lo que se denomina un "otoño caliente".