Obama promete cerrar Guantánamo, pero abre la puerta a una detención indefinida

AGENCIA EFE 21/05/2009 05:10

"La prisión de Guantánamo ha debilitado la seguridad nacional de Estados Unidos. Es una arenga para nuestros enemigos", dijo Obama, en un intento de refutar los argumentos de los republicanos para mantener la cárcel abierta.

"La cerraremos", prometió el presidente en un discurso en los Archivos Nacionales, un edificio emblemático donde se preservan los documentos más importantes del país, incluida la Constitución.

Inmediatamente después de su intervención, el ex vicepresidente Dick Cheney, que se ha convertido en la principal voz de la oposición, alertó de que "traer terroristas que son los peor de lo peor a Estados Unidos sería un gran peligro y un motivo de arrepentimiento durante años".

Cheney, uno de los arquitectos de Guantánamo, habló en el Instituto Empresarial de Estados Unidos, un centro de estudios conservador.

Las palabras de Cheney tienen eco incluso entre las filas de los líderes demócratas en el Congreso, que negaron al presidente los 80 millones de dólares que había pedido para cerrar Guantánamo, hasta que explique claramente cómo pretende hacerlo.

En su discurso, Obama respondió a esta inquietud al delinear su plan para desmantelar el penal, donde permanecen 240 hombres.

El presidente reveló que sopesa crear un sistema legal que permita el encarcelamiento "prolongado" de algunos detenidos para prevenir que ataquen a Estados Unidos en el futuro.

Estaría destinado a personas que "no pueden ser juzgadas por delitos pasados, pero que representan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos", por haber declarado su alianza a Osama bin Laden o recibido entrenamiento en campos terroristas.

Obama prometió que si se decanta por esta opción habría un sistema de supervisión judicial y legislativa de las detenciones.

Las organizaciones de derechos humanos rechazan esa posibilidad e insisten en que los detenidos de Guantánamo deben ser juzgados o puestos en libertad.

En su discurso, el presidente dijo que transferirá algunos de ellos a prisiones de máxima seguridad en Estados Unidos y los juzgará, siempre que pueda, en tribunales federales.

Para apuntalar sus palabras, el Departamento de Justicia anunció hoy que trasladará a Ahmed Khalfan Ghailani a un tribunal federal de Nueva York para ser juzgado por su presunta participación en los atentados contra las embajadas estadounidenses en Tanzania y Kenia en 1998.

Se convertirá en el primer detenido de Guantánamo que es procesado en una corte civil estadounidense.

Recientemente, Obama resucitó los tribunales antiterroristas creados en Guantánamo por el Gobierno de George W. Bush, con algunos cambios en las normas que dan más derechos a los acusados.

El presidente dijo hoy que esos tribunales permiten la protección de información clasificada y la presentación de pruebas recogidas en el campo de batalla que no pueden presentarse en un tribunal federal.

El jefe de la Casa Blanca anunció, además, que su Gobierno determinó que 50 detenidos pueden ser enviados "con seguridad" a otros países y que ahora negocia su transferencia.

La Administración ha tenido poco éxito por ahora en convencer a sus aliados europeos y musulmanes de que acepten a presos de Guantánamo, pues tan solo Francia ha acogido a uno de ellos.

Obama también dijo que su Gobierno acatará la decisión de los tribunales de poner en libertad a 21 presos, aunque no dijo dónde.

En el pasado, su Gobierno ha dicho que podría liberar a algunos de ellos en territorio estadounidense, pero Obama no repitió hoy esa declaración.

En el Congreso, la mayoría de los demócratas le dio la espalda al presidente por el temor de que algún detenido en Guantánamo acabe en sus distritos, para ser encarcelado o liberado.

Los republicanos explotaron ese miedo al advertir a los estadounidenses de que Obama quiere mandar terroristas "a su barrio". El presidente pareció aludir hoy a estos temores cuando criticó los discursos "diseñados para asustar a la gente en lugar de informarla".

Y en este contexto, Obama apeló a la seriedad de los legisladores en sus comentarios y recordó que "yo no soy el único en esta ciudad que ha prometido respetar la Constitución".