La imagen de Jordi Pujol no sale bien parada ni debajo de su casa. La mancha de la corrupción le saluda cada mañana en el portal, aunque el madrugón le ha evitado los reproches, que su mujer sufría algo más tarde al abandonar su domicilio. Tirando de la manta, la exnovia del hijo mayor del clan nos lleva del domicilio hasta un jardín familiar en donde dice que pueden estar escondidos parte de los fondos presuntamente robados a las arcas públicas. Pero en este discurrir por el escándalo Pujol recibió el llamativo apoyo de todo un expresidente. A Felipe González le cuesta creer que Pujol sea un corrupto pero en el PSOE le corrigen con contundencia. Lo ha hecho Pedro Sánchez y también y la presidenta andaluza. En Cataluña, se han aprobado dos propuestas para crear una comisión de investigación sobre el caso Pujol.