Enfrentados a ellos mismos

Sonsoles Ónega 09/02/2017 21:10

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se la juegan el sábado en Vistalegre II. Nos enteraremos del resultado de la jugada el domingo y, hasta entonces, asistimos a una cadena imparable de entrevistas, declaraciones, intervenciones, caracteres que forman un tuit o miles de tuits según el día. Sólo en Informativos Telecinco Iglesias y Errejón se han sometido al mismo interrogatorio que busca sus diferencias, su concepto del Podemos del futuro.

Las intervenciones se grabaron el miércoles en el Congreso de los Diputados, a varias cámaras, y en presencia de sus equipos. Cada uno tiene el suyo. Y no lo comparten. A Íñigo le acompañaban tres de sus miembros. A Pablo, su nueva jefa de prensa, María del Vigo.

La cita con Íñigo fue a media mañana. La de Iglesias, horas después. Los dos son dóciles ante las incomodidades de este tipo de grabaciones y los dos manejan los escenarios. Y cuando se enciende el botón rojo de la cámara, los dos interpretan un papel incómodo en una campaña que ninguno ha sido capaz de reescribir. O no ha querido hacerlo. La maquinaria los ha devorado.

El día después Errejón quiere “volver a remar juntos”. El día después… Iglesias quiere un liderazgo sin sombras. Pero para llegar a eso hay que contestar la pregunta del millón: ¿qué va a pasar? Ninguno se atreve a hacer un vaticinio que pueda sepultarle. Pablo necesita arrasar y a Íñigo le vale solo con ganar. Entre ellos hay una enorme brecha. Sólo les une lo que han sido.