En una rueda de prensa televisada, el jefe de la Policía de la ciudad oriental de Lahore, Naslam Tarín, explicó que la investigación aún continúa, pero insistió en que los testimonios y las pruebas de las que dispone la Policía muestran que fue un asesinato.
Raymond Davis, definido por EEUU como un "diplomático" que pertenece al "personal técnico y administrativo de la embajada", confesó haber matado a dos motoristas que le seguían en Lahore el pasado día 27.
El jefe de la Policía de Lahore dijo que no se encontraron balas en la recámara de las armas que llevaban los supuestos asaltantes, sino que estaban todas en el cargador, por lo que no se puede concluir que estuvieran a punto de disparar contra Davis.
Cuando el acusado intentó darse a la fuga, un vehículo consular acudió en su ayuda y se produjo un accidente que acabó con la vida de otra persona, según la Policía.
La corte que lleva el caso ordenó hoy que el acusado siga bajo custodia paquistaní otros catorce días.
La ambigüedad de EEUU sobre su cargo, las fotos de instalaciones militares que según algunos medios se hallaron en su cámara y su complexión fuerte han alimentado la idea de que trabaja en el ámbito de la seguridad.
Diferentes fuentes de inteligencia consultadas por Efe coinciden en subrayar la precisión de sus disparos para sugerir que no es un diplomático al uso.
Medios norteamericanos lo han ligado a una empresa de seguridad privada y el diario "New York Times" ha asegurado que en el pasado perteneció a las Fuerzas Especiales de EEUU.
El Gobierno norteamericano exige su inmediata liberación en virtud de su "inmunidad diplomática" pero Pakistán por el momento sostiene que la justicia debe seguir su curso.
El Gobierno paquistaní se halla en una situación incómoda, atrapado entre las demandas de EEUU, cuya ayuda económica es fundamental para mantener su economía a flote, y la presión popular, acrecentada por el suicidio, el pasado fin de semana, de la viuda de una de las víctimas.