El PNV asegura que es "el mejor instrumento para la liberación nacional y social de Euskadi"

EUROPA PRESS 02/04/2015 14:42

El PNV asegura, en el manifiesto que ha elaborado con motivo de la celebración este próximo domingo del Aberri Eguna, que es "el mejor instrumento para la liberación nacional y social de Euskadi". Además, ante los cambios que se prevén en los próximos comicios, apuesta por "establecer un nuevo mapa de alianzas que posibilite la estabilidad institucional".

En el documento, la formación jeltzale destaca que el día 5 se celebra el Día de la Patria Vasca porque, "a pesar de representar a una mayoría social y política" de Euskadi, no se ha "obtenido el reconocimiento expreso" de su "carácter nacional en el orden jurídico internacional". "De ahí nuestra obstinación democrática para que el hecho diferencial vasco, sustentado en la voluntad mayoritaria de su ciudadanía, obtenga el respeto de nuestra nacionalidad", señala.

El PNV remarca que su pretensión es que "el pueblo vasco, articulado bajo el proyecto político de Euskadi, sea contemplado como una nación más del mapa de naciones europeas, que se respete la voluntad de su ciudadanía" y que "pueda articular su organización institucional y jurídica en el marco del principio internacional del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos".

"La reivindicación de la nación vasca no se asienta en la negación de otras realidades existentes, sino en la vocación íntima de voluntad de una colectividad que se ve reconocida en valores comunes de lengua, de cultura, de tradición y de historia", apunta.

Tras aseverar que "el nacionalismo vasco no es un movimiento contra nada o contra nadie", rechaza "la subordinación o soberanía otorgada". Además, recuerda que "la causa del pueblo vasco no es una cuestión que surja hoy ni que sea flor de un día", y ha afirmado que "exige su resolución democrática".

La formación jeltzale recuerda que celebra desde 1932 el Aberri Eguna, "desde esa meta de normalización nacional que se niega" al pueblo vasco. Por ello, manifiesta que "no cejará en su empeño hasta que Euskadi alcance su plenitud como nación en Europa y en el mundo".

"No partimos de cero ni es nuestra intención hacer tabla rasa, intentando inaugurar un nuevo tiempo en que todo se inventa", dice, para recordar que se parte del actual autogobierno. TIEMPOS DE CAMBIO

A su juicio, se viven "tiempos de confusión, de crisis de valores, de crisis de confianza, tiempos de cambio, de nuevos actores y de agonía de esquemas lastrados por conductas improcedentes". "En ese espacio de transformación se conjuntan estrategias de quienes simplemente pretenden sobrevivir y de quienes, legítimamente, desean sustituirnos", apunta.

Entre tanto "ruido y un trasfondo de cambio político y social que nadie sabe su calado ni a dónde conducirá", asegura que "el año que acontece se presenta especialmente trascendente".

"En escasos meses, seremos protagonistas de una concatenada sucesión de encuentros electorales, en los que se dirimirá la confianza que la ciudadanía mantiene en las formaciones políticas que la representan. Asistiremos a las elecciones municipales y locales en la proximidad de mayo, y en el último trimestre del año llegarán los comicios españoles, con sus inciertas consecuencias para un Estado sumido en una crisis de valores, de gobernanza, de cohesión territorial y de liderazgo político", destaca.

En esta línea, afirma que "el primer hito" será la renovación de los gobiernos locales y territoriales, y advierte de que "la fisonomía política del país va a cambiar en ayuntamientos, juntas generales y diputaciones".

"Más allá de quién o quiénes alcancen la confianza de los electores, de sus programas, se impondrá un nuevo equilibrio de liderazgo en el que, previsiblemente, las opciones de ámbito nacionalista recobrarán fortaleza y en el que la pugna entre las dos formaciones abertzales se verá condicionada por una mayor fragmentación política", indica.

UN NUEVO MAPA DE ALIANZAS

En este contexto, destaca que "el reto municipal y foral traerá la necesidad de establecer un nuevo mapa de alianzas que posibilite una estabilidad institucional que genere el caldo de cultivo necesario para abordar con seguridad y consenso amplio los retos inminentes" a los que se debe responder.

Entre estos objetivos, remarca "la salida eficaz y firme" de la crisis económica, y "la imperiosa necesidad de consolidar las expectativas de paz y de convivencia". De esta forma, se propone "cerrar esta página y abrir una nueva que impondrá compromisos compartidos y decisiones unilaterales con acompañamiento, de manera que ni el bloqueo ni la inacción del Gobierno español impidan avanzar y concluir de una manera ordenada con la pesadilla de la violencia en Euskadi y sus consecuencias de dolor y sufrimiento".

En este sentido, el PNV "está firmemente decidido a comprometer su acción política en la conquista de esta nueva oportunidad de concordia, de nuevo entendimiento porque, encauzado este camino, cicatrizado el pasado, el futuro en la libertad de la patria vasca resultará mucho más abierto y fácilmente transitable".

AUTOGOBIERNO

El partido de Ortuzar se pone como "siguiente desafío" para enfrentar "en estos meses, la búsqueda de nuevas cotas de libertad, de autogobierno para Euskadi". En esa "encrucijada", se propone "encontrar nuevos marcos jurídico-políticos en los que acomodar el reconocimiento nacional de Euskadi", al tiempo que "se vislumbran presumibles cambios en el Estado español".

"Elecciones a fin de año y dependiendo de ellas, de las variaciones políticas que se produzcan, oportunidades y contratiempos que allanen o dificulten nuestras pretensiones por avanzar en definir un nuevo estatus político para Euskadi", apunta.

El PNV asegura que, en este Aberri Eguna 2015, "se siente ya próximo el momento" en el que los vascos deben "fijar posiciones en relación a nuestro crecimiento nacional". "Caer en la tentación del 'todo o nada' no es una pretensión seria ni inteligente; renunciar al suelo edificado tampoco va con nuestro trabajo ni con nuestra acción política", señala.

En esta línea, rechaza "las tentativas recentralizadoras que amenazan el 'statu quo' actual y las pretensiones federalizantes homogeneizadoras que algunos diseñan en ese cambio de modelo institucional que comienza a dibujarse en España".

A su juicio, "el punto de salida de ese nuevo acuerdo por la convivencia política que el PNV está dispuesto a poner encima de la mesa pasa por el reconocimiento nacional de Euskadi; el pacto entre iguales como respuesta a la subordinación; por la bilateralidad efectiva con el establecimiento de mecanismos de arbitraje compensados; y, en último extremo, por la institucionalización y el amparo legal del derecho a decidir del pueblo vasco como elemento de validación del nuevo estatus político resultante".

NAVARRA

En opinión de PNV, en el caso de Navarra, las próximas elecciones "acercan a un cambio de ciclo sin parangón en la historia reciente, y por primera vez en los últimos años, las fuerzas políticas que han sostenido el régimen del aislamiento vasquista" pueden "perder su capacidad de veto, abriendo la puerta a un nuevo tiempo de oportunidad de apertura y de acercamiento entre aquella comunidad y el resto de la colectividad vasca".

En esta línea, subraya que siempre ha respetado, "en Navarra y en el conjunto de Euskadi, el derecho a decidir de la ciudadanía, aun pensando que formamos parte de un único pueblo". "Respetamos el derecho inalienable de los navarros a decidir por sí mismos su porvenir. Navarra es y será sujeto de decisión", asegura.

La formación jeltzale "confía en que esa ventana a la esperanza pueda abrirse por el impulso de la voluntad de la ciudadanía, rompiendo el maleficio de que vascos de un lado y de otro sigan condenados a vivir de espaldas unos de otros".