Al juez Castro no le cuadra que la infanta Cristina no supiera nada del uso que su marido, Iñaki Urdangarin, daba a la empresa que tenían a medias. Tiene planteadas una decenas de preguntas con las que aclarar si la infanta sabía que su marido facturó a Aizoon entre 2007 y 2008 sus trabajos de asesoría para otras multinacionales. Castro también querrá aclarar porqué se cargaron a Aizoon viajes de la familia, cumpleaños, regalos, parte de la reforma del palacete de Pedralbes o incluso lecciones de baile. Así que preguntas como ¿sabía que esos gastos se cargaban a la empresa?¿era consciente de que eso supone un fraude? saldrán en la sala. Al presunto delito de blanqueo de capitales se tendrá que enfrentar con preguntas como ¿conocía el origen del dinero que ingresaba Aizoon?¿Sospechaba que pudiera partir de una malversación de fondos públicos? La defensa y el fiscal recordarán que quien generaba los ingresos era el administrador único de Aizoon: Iñaki Urdangarín.