La presencia de homosexuales no daña las Fuerzas Armadas, según un estudio del Pentágono

AGENCIA EFE 30/11/2010 20:43

El secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, presentaron hoy un informe realizado entre los militares estadounidenses para analizar el impacto que tendría la derogación de esta ley después de 17 años en vigor.

Según indicaron, la derogación podría causar algún contratiempo en un primer momento, pero no sería ningún problema generalizado ni de larga duración, algo a lo que se podrá hacer frente con más entrenamiento y educación, dijo Gates.

El estudio concluyó que el 70 por ciento de los militares consultados creen que el impacto sería "positivo, mixto o inexistente".

No obstante, la oposición fue mayor entre las tropas del combate (el 40 por ciento) y las fuerzas especiales, en particular entre el cuerpo de Infantería de Marina, que están sirviendo en misiones de combate, cuya oposición fue del 58 por ciento.

Gates señaló que para que la transición sea positiva hay algunas "preocupaciones" que tienen que ser tratadas, pero aseguró que el informe revela que la derogación "no provocaría los cambios dramáticos que muchos han predicho".

En este sentido, señaló que si el Congreso aprueba antes de finales de año la derogación, se debería conceder a las Fuerzas Armadas un tiempo de adaptación para que los mandos y las tropas se preparen para la transición.

Esta ley, que fue aprobada en 1993 durante la presidencia del demócrata Bill Clinton, permite a los gays ser miembros de las Fuerzas Armadas siempre que no divulguen su orientación sexual.

La norma fue concebida como un "término medio" entre la propuesta de Clinton que quería levantar la prohibición y quienes consideraban contraproducente que los homosexuales formaran parte de las Fuerzas Armadas.

El estudio revela que para el 92 por ciento de los militares que han trabajado con algún compañero homosexual, su experiencia ha sido buena, muy buena o no ha tenido impacto.

Durante años, los homosexuales han reivindicado su derecho a servir a su país y han denunciado que bajo esta ley ha habido delaciones entre compañeros que han permitido el despido injusto de cientos de militares al desvelar su condición sexual.

Según ha denunciado el grupo Log Cabin Republicans, desde que entró en vigor esta ley, más de 13.500 militares han sido expulsados de las Fuerzas Armadas estadounidenses.

El presidente Barack Obama se ha mostrado a favor de la derogación de esta ley, si bien la última palabra la tendrá el Congreso.

De anularse, sería la primera vez en la historia de EE.UU. que los soldados abiertamente homosexuales pueden prestar servicio sin temor a represalias.

También sería la mayor transformación de las Fuerzas Armadas -que cuenta con 1,4 millones de soldados en activo- desde que una orden ejecutiva de 1948 exigió la integración racial de sus filas.