El presidente checo desbroza el camino hacia pacto de gobierno con comicios anticipados

AGENCIA EFE 27/03/2009 13:25

Hoy tuvo lugar la primera ronda de consultas del Jefe de Estado con los líderes del opositor Partido Socialdemócrata (CSSD), Jiri Paroubek, y la gobernante Unión Democristiana (KDU-CSL), Jiri Cunek.

La idea de Klaus se funda en "un acuerdo de reestructuración parcial del Ejecutivo, un acuerdo de apoyo a ese Ejecutivo por parte de la Cámara de diputados y un acuerdo sobre la fecha de elecciones al Parlamento", indicó a los medios el portavoz presidencial, Radim Ochvat.

"Las elecciones anticipadas podrían tener lugar el 31 de octubre", estimó por su parte Paroubek hoy, tras su encuentro con Klaus.

No obstante, el líder socialdemócrata precisó que tratará del asunto con Topolanek, quien tras perder el martes una moción de censura contra él y su gabinete continúa en funciones como primer ministro.

El líder conservador se ha mostrado de acuerdo en adelantar aún más los comicios legislativos, en consonancia con el 74 por ciento de los checos, que quieren elecciones anticipadas con rapidez, según una encuesta realizada por los conservadores.

En cuanto a los cambios en el Gobierno, el principal partido de la oposición está dispuesto a aceptar una operación cosmética, lo que facilitaría afrontar las obligaciones comunitarias que se derivan de la presidencia de turno que ostenta la República Checa durante el presente semestre.

Los socialdemócratas sólo exigen la salida del Ejecutivo del ministro del Interior, Ivan Langer, aunque también piden el cese de la Fiscal General del Estado, Renata Vesecka.

Según los observadores políticos, en el caso de que el Partido Democrático Ciudadano (ODS) acepte sacrificar al Langer y Vesecka, entonces Topolanek sería apoderado por Klaus para liderar el actual Gabinete de coalición hasta los próximos comicios.

Esta solución temporal evitaría que el Ejecutivo praguense estuviera sustentado por una exigua mayoría de diputados tránsfugas, como sucedía hasta ahora.

Los socialdemócratas han aumentado además sus demandas sobre el Gobierno al convocar una sesión extraordinaria del Parlamento para el miércoles, en la que pretenden bloquear por ley la venta del aeropuerto de Praga y aprobar algunas de su recetas contra la crisis económica.

El Ejecutivo en funciones convocó asimismo hoy una sesión análoga para tratar de aprobar tres medidas para reactivar el consumo.

Mientras tanto, la situación creada por la dimisión del gobierno de centro derecha, que fue oficializada ayer en el Castillo de Praga (sede de presidencia), supondrá una nueva dilación para el trámite del Tratado de Lisboa en el Senado, lo que ha despertado el nerviosismo en Bruselas y en las capitales europeas.

En vista de que la Cámara alta está ahora controlada por los conservadores, y en este grupo parlamentario prevalece el ala euro-escéptica, la ratificación del documento puede convertirse en prenda de negociación.

Dicha ratificación no ha sido nunca una prioridad para Topolanek, como él mismo ha declarado en el pasado, y sí paradójicamente uno de los motivos de la caída de su Gobierno esta semana.

El visto bueno al Tratado de Lisboa en la Cámara baja, que tuvo lugar el 18 de febrero, hizo que un diputado conservador, Jan Schwippel, votara contra su Gobierno en la moción del martes, y contribuyera así a su caída.