El presidente sudanés viaja de nuevo a Trípoli pese a la orden de arresto internacional

AGENCIA EFE 04/08/2010 15:58

Bachir -que viaja acompañado por altos cargos del servicio de inteligencia y del Gobierno sudanés- fue recibido en el aeropuerto por el primer ministro libio, Baghdadi Mahmudi, y el ministro de Exteriores, Musa Kusa.

La CPI dictó a mediados del pasado julio una segunda orden de detención contra Bachir por tres nuevos cargos de genocidio.

Durante su visita el presidente sudanés abordará con el líder libio, Muamar el Gadafi, el conflicto en la región occidental de Darfur en el que el mandatario libio ha mediado en varias ocasiones en el pasado.

El jefe de la principal organización rebelde de Darfur, el Movimiento por la Justicia y la Igualdad (MJI), Jalil Ibrahim, se encuentra en Libia tras su expulsión del Chad en mayo de 2010 y las autoridades sudanesas han demandado su extradición y la ayuda de la Interpol para su detención.

El MJI suspendió su participación en el proceso de paz de Doha -impulsado por Qatar, la Unión Africana (UA) y la ONU- y ha retomado los combates en Darfur contra las fuerzas pro-gubernamentales.

Jartum anunció el pasado 28 de junio el cierre de su frontera terrestre con Libia debido a los "movimientos de rebeldes y personas fuera de la ley" en la región entre ambos países.

Gadafi y Bachir tratarán además el referéndum sobre la independencia del sur de Sudán previsto para enero de 2011 y cuya celebración ha sido condicionada por el presidente sudanés al trazado de las fronteras entre el norte y el sur del país.

El líder libio declaró que comprende las diferencias entre la mayoría cristiana y animista del sur y la musulmana del norte, aunque desaconsejó al sur la creación de un pequeño Estado que, a su juicio, no sería viable.

Se trata de la tercera visita a Libia de Bachir desde la orden de arresto de la CPI, a la que Gadafi acusó de "llevar a cabo una política de terrorismo contra los países débiles".

El conflicto de Darfur, que estalló en 2003, ha causado ya cerca de 300.000 muertos y 2,7 millones de refugiados, según la ONU.