El presunto homicida del 'Heaven' dice que disparó 6 veces para intentar "salvarse" de la paliza de los porteros

EUROPA PRESS 26/06/2012 15:19

El acusado del doble crimen que se produjo el 12 de enero de 2009 en la discoteca 'Heaven', Carlos H.M., ha asegurado en el juicio que recibió una brutal paliza a manos de los porteros dentro del local y que a uno de ellos se le cayó un arma que logró coger, efectuando seis disparos disuasorios para lograr huir del lugar y "salvarse".

"Me dieron dos opciones; o irme o irme al hospital. Y me apalizaron", ha aseverado el acusado, que se enfrenta a una petición del Fiscal de 52 años de prisión por dos delitos de homicidio, tres delitos de homicidio en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas.

La Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado este martes la segunda sesión del juicio contra Carlos M.H. --que lleva ya tres años en prisión, de los que estuvo dos meses en un módulo de aislamiento por miedo a que le agredieran-- por el presunto crimen contra Catalin S. y Alejandro R.

La versión ofrecida por el procesado choca con el testimonio de los porteros del local al asegurar que ninguno de ellos iba armado esa noche, coincidiendo en la frialdad de sus disparos. Además, han indicado que Carlos era un viejo conocido de la noche madrileña al ser una persona "conflictiva" y "agresiva", por lo que tenía la entrada prohibida en muchas discotecas de la capital. "Apuntaba en el pecho o en la cabeza para matar", ha dicho uno de los porteros que recibió un impacto de bala.

En su declaración, el presunto asesino ha relatado con semblante tranquilo que esa noche acudió a la discoteca, donde había quedado con un amigo y unas amigas. Al llegar al descansillo de la entrada, se encontró con tres porteros corpulentos que le indicaron que se trataba de una fiesta privada y que no podía entrar. Tras ello, le pidieron el carné de identidad.

"Cada vez que decían mi nombre se reían. Me decían si estaba seguro de entrar. Les dije que había una fácil solución, que me dejaran pasar y que les daba dinero. Se sintieron contrariados. Me decían algo sobre mi forma de vestir. Me dieron un empujón en el pecho", ha contado.

"Fui a cubrirme la cara y me dieron una patada. Fue una sucesión de golpes. En las escaleras, me proyectan contra las escaleras. Escuché un golpe seco. Pensé que eran las puertas. Seguí huyendo. No veía. Sólo pensaba en escapar, en huir, en evitar más golpes. En algún momento, a alguno se le cae el arma. La cogí y dispare. Aprieto el gatillo y sigo hacia arriba en las escaleras", ha señalado y ha añadido que sólo pensaba en salvarse el pellejo.

SEIS DISPAROS

De este modo, ha admitido que efectuó aproximadamente seis disparos al tiempo que huía del lugar. "La disparé. La dispare aproximadamente unas seis veces. Recogí la pistola del suelo mientras me estaban pegando. No les conocía personalmente. Efectué los disparos mientras estaba huyendo", ha dicho y ha negado que disparara a Alejandro R, ya que éste se encontraba en la calle Arenal y él solo disparó en la discoteca.

Tras ello, el procesado huyó corriendo hacia la calle Arenal, donde trató de parar algún taxi sin éxito por su estado "lamentable". Según su versión, en esta zona no disparó a nadie, en contra de la instrucción que sostiene que descerrajó un tiro a Alejando R., relaciones públicas de la discoteca Joy Eslava.

Además, ha contado que la detención fue impoluta, ya que en ningún momento se utilizó más fuerza de la necesaria. Se le trasladó al hospital por los golpes que sufrió, donde fue custodiado, y tras ello, a comisaría. "Me enteré de la muerte de Alejandro por sus emisoras. Ahí, es donde lo supe", ha dicho.

"SIEMPRE IBA ARMADO"

Por su parte, uno de los porteros de la discoteca ha asegurado que ninguno de los empleados iba armados, ya que es algo "impensable". Según su versión, vio en el descansillo a sus compañeros hablar con el acusado. "Era un tío problemático y tenía la entrada prohibida. Estaba agresivo. Le invitaron a salir. El asesino hizo que se iba a ir. Y sacó el arma. Le apuntó en el estómago y disparó", ha señalado.

"Le apuntó en el cuello y lo mató. Me quede impactado", ha dicho. Además, ha indicado que escuchó 5 ó 6 disparos dentro de la sala y otros tantos en el exterior cuando sacaron a 'Cata' (Catalin S.) para auxiliarle cuando aún estaba consciente.

Asimismo, otro de los empleados ha asegurado que ninguno de los porteros van armados, ya que es peligroso. Según su testimonio, se encontraba en la puerta cuando se escucharon 4 ó 5 detonaciones, pensando que serían petardos.

"Le vimos salir a paso normal de la discoteca. Cuando íbamos por la plaza de las Descalzas, escuchamos dos disparos", ha dicho y ha reconocido que le golpeó cuando los agentes le estaban deteniendo. "Siempre iba armado. Es conocido en la noche madrileña", ha agregado.

Otro de los empleados ha contado que el acusado disparó dos tiros a quemarropa contra Alejandro R., quien no pudo huir. "Me fui detrás del asesino. Al volver, me di cuenta que algo grave le pasaba al chico", ha señalado.

Además, uno de los porteros heridos ha señalado que el procesado disparó al menos seis veces en la calle Arenal, un extremo que contradice la versión de Carlos M. Este testigo recibió un impacto de bala cuando se encontraba persiguiendo al presunto homicida, quien supuestamente le descerrajó una ráfaga de disparos.

Por otro lado, la compañera sentimental de 'Cata' ha señalado que su familia está destrozada desde la muerte de su pareja. Además, ha indicado que desde entonces ella y sus hijos se encuentran bajo tratamiento.

RELATO DEL FISCAL

Según el fiscal, el procesado se presentó sobre las 02.30 horas del 12 de enero de 2009 en la discoteca 'Palace', situada en la calle Priora, y una vez en el interior comenzó una discusión con uno de los porteros, Catalin S.C., a quien disparó un tiro en el cuello y en el abdomen. El portero murió en el acto.

Tras ello, disparó contra Roger L.U., un cliente de la discoteca que pretendía huir del lugar. Asimismo, descerrajó tiros contra Aurelian A., Virgil D., Abraham R. y Alejandro M.R., quien falleció. El procesado, quien utilizó una pistola marca Glock, carecía de licencia de armas y de la correspondiente guía de pertenencia