Una testigo protegida de la Operación Carioca no denunció antes porque "no se fiaba de la Policía"

EUROPA PRESS 01/07/2011 18:30

Más de tres horas se prolongó la declaración de la testigo protegida de la operación Carioca que este viernes comparecía en los juzgados de Lugo, en la prueba preconstituida convocada por la instructora, Pilar de Lara Cifuentes.

La declaración se ciñó básicamente a la supuesta agresión sexual que denunció en diciembre de 2008, aunque la misma databa de "dos años o tres" atrás, a la que habría sido sometida por uno de los principales imputados, un cabo de la Guardia Civil.

Es a raíz del atestado policial, que acreditó en la prueba que se incoó en la casa de otro agente y no en la comandancia como consta en el sumario, como se fragua la Operación Carioca, por la que han sido imputadas más de 50 personas, entre los que se incluyen miembros del instituto armado, de la Policía Nacional y Local de Lugo, y han prestado declaración sobre 80 prostitutas.

A preguntas de los abogados ha respondido que pese a que la agresión sexual se había producido "dos o tres años atrás", no se había animado a denunciarla por que "no se fiaba de la Policía". Incluso ha asegurado que cuando acudía a la comisaría llevaba "grabadoras".

Esta mujer de nacionalidad brasileña que había entrado a España desde Portugal trabajaba en un club de alterne, en Castro de Rei, donde habría conocido al agente que supuestamente la sometió. En cualquier caso, en la declaración dijo que fue ella misma la que "se quitó la ropa" aunque se sentía intimidada por el arma del policía, y porque no acceder a sus peticiones podría suponer la orden de expulsión.

Desde las 12.00 y hasta las 18.30 horas, con un receso de dos horas, se mantuvo el interrogatorio al que asistieron los tres que siguen en prisión por la causa abierta, un proxeneta y dos encargados de clubs de alterne. También aparecía con el rostro cubierto por una cazadora el inspector de la policía local, al que un laudo judicial le obliga a residir fuera de Galicia al igual que el cabo, que no pudo acudir por sufrir un ataque epiléptico.