Según el texto publicado en su web, el PSOE cree que ahora "no es posible ni realista" convocar una consulta popular, incluso que sería "totalmente contraproducente" porque "haría perder un tiempo precioso", "llevaría a plazos muy peligrosos" y "podría crear más incertidumbre" cuando lo que se pretende es, precisamente, enviar a los mercados "un mensaje fuerte de solvencia y confianza".
"No planteamos una reforma constitucional en las últimas semanas de la legislatura por capricho. No nos oponemos al referéndum por capricho. No firmamos un acuerdo los dos grandes partidos a dos meses de las elecciones por capricho", proclama el PSOE, en un documento en el que insiste que la reforma no se puede retrasar. "Si esperamos podemos llegar tarde", dice en dos ocasiones.
Además, recuerda que para reformar el artículo 135 de la Carta Magna no es necesario un referéndum, de manera que "el procedimiento va a ser impecablemente democrático y constitucional", va a tener "el apoyo de más del 90 por ciento del Parlamento" --PSOE, PP y UPN, por el momento-- y "va a servir para lo que tiene que servir", "generar confianza en España y hacerlo cuando se necesita, que es ya".
De hecho, sobre este aspecto detalla que "dentro de muy pocas semanas" España tendrá que volver a pedir financiación a los mercados y que es "imprescindible" que ya en ese momento los acreedores potenciales tengan "seguridad" de que España pagará su deuda "cuando corresponda, gobierne quien gobierne". En caso contrario, avisa, España podría no recibir la financiación que necesita, o ésta puede tener "condiciones inasumibles".
EL RETRASO DE LA UE CON GRECIA CREA DESCONFIANZA
Además, recuerda que la zona euro está en un "momento excepcional", tras un mes de agosto con momentos de "grave riesgo" para España e Italia y con "el retraso de la UE" en aplicar los planes de ayuda a Grecia como "uno de los factores que están creando desconfianza e incertidumbre". Para el PSOE, no sólo está en juego la salida de la crisis, sino "el futuro del euro como moneda común de los europeos".
Así, el argumentario sostiene que la reforma "tiene que ver con la sostenibilidad futura del Estado del bienestar" porque la "mejor garantía" de las políticas sociales "es no financiarlas con deuda pública", y con la "autonomía de la economía española"
Es más, asegura que "tradicionalmente" ha sido "la derecha" la que "ha desbocado el déficit y la deuda, como antesala del futuro desmantelamiento del Estado del Bienestar" y que el modelo económico del PP, "basado en el endeudamiento masivo de familias y empresas, restó autonomía a España frente a los mercados".
"Asumir como principio constitucional la estabilidad presupuestaria, esto es, el control del déficit y la deuda pública, significa ganar independencia frente a los mercados", asevera el PSOE, que insiste además en que "reducir la deuda no es una cuestión ideológica", sino un "un principio de salud económica que afecta a todos los países y a todas las posiciones políticas".
RUBALCABA HA "MEJORADO" LA PROPUESTA INICIAL
Por último, el argumentario detalla la participación del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la negociación de la reforma después de que el presidente del Gobierno tomase la "iniciativa", la acordase con el líder de la oposición e invitase a los partidos a negociar el "contenido" de la reforma.
Según el partido, "como líder del PSOE", Rubalcaba tomó "la dirección de la negociación" y marcó la posición de los socialistas, introduciendo "elementos de flexibilidad" y apostando por el "consenso", no sólo con el PP, sino también con otros partidos para recuperar en lo posible el "espíritu original del consenso constitucional".
Para el PSOE, la aportación de Rubalcaba a la reforma se ha traducido en "mejorar sustancialmente los términos iniciales de la propuesta", "abrir las puertas a una posible ampliación del consenso" y "avanzar en la explicación de los motivos y los objetivos de la reforma para que los españoles la comprendan".