Puig: "Si los actores de este proceso no son capaces de dialogar deben apartarse"

EUROPA PRESS 02/10/2017 13:21

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha abogado este lunes por "construir puentes" para "atemperar el conflicto", a los que contribuirán los valencianos en la manera que sean necesarios, y ha incidido en que el 1-O no es un punto de llegada, sino de partida y ese punto en democracia es el diálogo. "Lo digo bien claro: si los actores de este proceso no son capaces de dialogar deben apartarse".

Así lo ha asegurado durante su intervención en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea, que ha comenzado asegurando que "si hay luz al final del túnel --y la hay-- es en la vía del diálogo, de la palabra, del reencuentro con la racionalidad".

Tras remarcar que "hoy España no es la misma que ayer, nos guste o no" y es responsabilidad de la política "cerrar heridas y buscar la España abierta, plural y respetuosa con todas sus formas de sentir y de ser", ha subrayado la necesidad de "impulsar esa España policéntrica, ese Estado federal cohesionado, solidario, responsable y plural".

El presidente valenciano ha puesto en valor el papel del Estado de las Autonomías, pero considera que hay que adaptarlo al siglo XXI a través del federalismo. Hasta ahora, "en lugar de abordar de los problemas de forma conjunta se ha devaluado la relevancia cívica del consenso" y se ha dado "la negación sistemática del otro", olvidando que "más allá de la legitimidad y de la legalidad, la fortaleza política más sólida es la que nace del acuerdo".

Asimismo, ha insistido en que "sin la ley no hay democracia, no hay nada, pero la ley nace de la democracia" y, por ello, "ayer asistimos al mayor fracaso de la política en toda nuestra democracia", con imágenes que "cristalizan una ruptura emocional" tras años de "erosión" de la convivencia democrática.

"A lo largo de muchos años se ha propagado una xenofobia de baja intensidad", ha dicho, permitiendo que la "fractura llegue al límite" entre catalanes partidarios y opuestos a la independencia, entre Cataluña y el resto de España, y entre instituciones.

"NUNCA LA VIOLENCIA ES LA RESPUESTA"

Puig ha reconocido la "valentía" de la alcaldesa de Hospitalet "que fue increpada cuando dio la cara ante sus vecinos" y ha remarcado que "nunca la violencia es la respuesta a un problema político".

Ahora, ha dicho, lo inmediato en Cataluña y en el resto de España es "rebajar la tensión y recuperar el diálogo institucional" con "gestos y puentes" y una agenda para solucionar la crisis territorial en su conjunto porque "ni mucho menos Cataluña puede servir de excusa para detener las reformas que son necesarias".

"Cataluña es el reflejo más grave de un modelo territorial que está agotado" por la conjunción de tres factores: la recentralización, la infrafinanciación y la distribución de las inversiones. "Existe un problema fruto de esa concepción radial donde todo se mide en la distancia a Madrid", ha dicho.

ACELERAR LAS REFORMAS

Así, considera que el problema catalán debería "servir para acelerar las reformas que necesita todo el sistema autonómico" y ha propuesto "tres puentes de alta velocidad" para superar esta crisis y ha advertido de que "cada día que pasa es más difícil" conseguirla. "Es más difícil que hace tres años pero más fácil que dentro de tres días", ha dicho.

Esos tres puentes consisten, primero, en constituir una mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat "en el plazo más breve, ya" porque "se acaba el tiempo", tomando como base el Estatuto de Autonomía impugnado ante el TC porque es "el último espacio de acuerdo donde hubo acuerdo y parece razonable empezar por donde todo empezó a romperse".

El segundo puente es abordar la reforma constitucional y, en tercer lugar, impulsar de forma inmediata la reforma del sistema de financiación como condición para el resto de reformas que contemple la suficiencia financiera y la equidad.

LA BANDERA DE LA TOLERANCIA

"El problema no se va a resolver confrontando banderas patrióticas, sino enarbolando el patriotismo de la igualdad entre personas y aceptando como común la bandera de la tolerancia a los diferentes sentimientos y culturas", ha agregado.

También ha instado a no "caer en la tentación" de que los problemas singulares desvíen de una solución territorial que ha de ser conjunta y ha celebrado "la rectificación del Gobierno de España a las informaciones que aseguraban que se estudiaba un cupo catalán como posible respuesta a la crisis actual". "No estaríamos entendiendo nada si intentáramos solucionar el agravio a un territorio agravando a todo el resto", ha aseverado.

La reforma, ha dicho, debe ser atractiva para todas las comunidades. "Los valencianos exigiremos que las reformas no queden pospuestas, que los problemas no devenguen en excusas y que las soluciones no sean, una vez más, de parte", ha insistido.

"Hoy es un buen día para expresar que el resto de españoles queremos a Cataluña pero, sobre todo, para empezar a articular esa España policéntrica en la que no haya nuevos agravios. El inmovilismo ya ha ampliado demasiado las fracturas; espero la valentía necesaria para empezar a abordar la reforma", ha concluido.

"ERA UNA SITUACIÓN DIFÍCIL"

Al término de la conferencia, durante el turno de preguntas, Puig ha explicado que la situación que se ha vivido era "difícil" y "cargar todas las responsabilidades a Rajoy sería totalmente inapropiado porque no ha sido solo Rajoy ni Puigdemont". Ha indicado que esta situación "hace años que se veía podía suceder" y "ha faltado iniciativa política" más allá del inmovilismo.

"En la batalla de la comunicación gana quien gana, todos sabíamos la foto que podía salir en The Guardian y ha salido", ha dicho el presidente valenciano, que ha manifestado su "máximo respeto" a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado porque "quienes deciden son quienes asumen la responsabilidad" y no hay que "satanizar en absoluto" a los cuerpos de seguridad, ni a los que dependen del Estado ni de la Generalitat.

"SI NO HAY DIÁLOGO, ¿CUÁL ES LA ALTERNATIVA?"

Preguntado sobre si cree que aún hay margen de diálogo, ha dicho: ¿Y si no hay diálogo, cuál es la alternativa, esa es la pregunta". Acto seguido ha asegurado que no le gustaron los discursos que oyó anoche porque "nadie asume ni la más mínima responsabilidad de lo que está pasando". "No quiero ser equidistante, hay que cumplir la ley, pero también es exigible a cualquier gobierno iniciativa política y que nadie asuma ni el más mínimo nivel de autocrítica me decepciona", ha proseguido.

En una hipotética solución, ha advertido de que la Comunitat no permitiría "privilegio ni de Cataluña ni de nadie" pero ha matizado que en la actualidad, en España, "haberlos, ahora, haylos". "El problema que hay es que hay una falta de equidad y hay comunidades perjudicadas por ese modelo".

SIN ONDA EXPANSIVA

Puig ha señalado que este domingo no hubo referéndum sino "movimientos de ciudadanos que quieren votar" y ha afirmado no entender entonces "por qué se actuó como se actuó" y ha incidido en que ahora "las horas son fundamentales, ya no los días".

Sobre la posibilidad de una "onda expansiva" en la Comunitat, ha negado que exista y ha recalcado que "el proyecto de Països Catalans no existe sustanciado en ninguna fuerza parlamentaria" aunque lo que ocurra en Cataluña afecta por las relaciones económicas, culturales y también de afecto. "No queremos que Cataluña se vaya", ha insistido.

Ha lamentado que frente a un proyecto independentistas que "tiene una épica enorme" no ha habido otro proyecto "ilusionante" y parece que sus trampas "han sido eficaces", porque ha faltado "una enorme inteligencia política" para combatir esas ideas "muchas de ellas absolutamente falaces".