La reorganización del Ejército de Tierra queda en suspenso hasta que haya más presupuesto

EUROPA PRESS 28/01/2016 14:53

El jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general Jaime Domínguez Buj, ha explicado este jueves que la reorganización del Ejército que comenzó en la pasada legislatura ha quedado de momento en suspenso hasta contar con un mayor presupuesto para culminarla.

Según ha recordado el general durante un desayuno informativo, el Ejército de Tierra ha acometido en los últimos años una gran transformación con la reorganización de las brigadas polivalentes, es decir, de la fuerza con la que cuenta el ejército más numeroso.

Así, en 2016 culminará el proceso por el que el Ejército pasará de diez brigadas especializadas a ocho polivalentes de unos 5.000 efectivos cada una para que todas dispongan de las capacidades para lograr posibilidad de proyección, sostenibilidad y capacidad de respuesta.

Pero dentro de esta gran transformación, todavía queda pendiente la redistribución de los órganos logísticos, para lo cual, según ha subrayado el general Domínguez Buj, "hace falta dinero", aunque espera que "algún día llegará".

ILUSIÓN Y MOTIVACIÓN

Eso sí, el JEME ha asegurado que a pesar de los recortes sufridos en los últimos años, el Ejército de Tierra ha conseguido mantener tanto la "operatividad" de la fuerza como la "ilusión" y "motivación" del personal que lo forma. "Lo más importante de un ejército es su gente", ha destacado.

En lo que respecta a las capacidades, el general ha dicho que el mantenimiento de las mismas a pesar de la crisis se demuestra en que España ha sido el primer país que "se ha atrevido" a asumir la primera punta de lanza de la OTAN para el despliegue rápido de casi 3.000 efectivos ante una situación de amenaza o crisis.

Esta punta de lanza o fuerza de muy alta disponibilidad de la Alianza fue concebida en la cumbre aliada celebrada en Gales en septiembre de 2014 con el objetivo de lograr una capacidad de despliegue aún más rápido de efectivos y así poder hacer frente a los nuevos retos o amenazas, en caso de que fuese necesario.

Según el JEME, "España ha sido el primer ejército que se ha atrevido a asumir esa responsabilidad" y que así lo demostró durante el gran ejercicio de la OTAN 'Trident Juncture', que acogieron España, Italia y Portugal el otoño pasado.

LA MEJOR CALIFICACIÓN

A esto se unió la certificación OTAN del cuartel general de Bétera, en Valencia, que obtuvo, según ha resaltado el general, "la mejor calificación obtenida por un cuartel general" de la Alianza. Desde Bétera, España ejercerá el mando terrestre de la fuerza de respuesta aliada a lo largo de este año, de modo que si la OTAN decide a lo largo de este año activar esta fuerza, será mandada desde allí.

Los países aliados situaron los nuevos retos o amenazas en el este de Europa, a raíz de la intervención de Rusia en el conflicto de Ucrania; en Oriente Próximo, sobre todo por el recrudecimiento de la guerra en Siria y las implicaciones que está teniendo en la región, como la extensión del terrorismo yihadista; además de en el norte de África a raíz de la desestabilización de Libia.

En su primer año de existencia, la punta de lanza de la OTAN tendrá su base en la Brigada de Infantería Ligera 'Galicia' VII (BRILAT), una gran unidad de infantería ligera especialmente apta para su empleo en terrenos difíciles y climatología variada, y además organizada y adiestrada para ser proyectada en un breve plazo allá donde se requiera, todos ellos requisitos fundamentales para ser el núcleo de la fuerza de muy alta disponibilidad. Para ello, España dedicará unos 2.800 militares.

La contribución española a esta punta de lanza está en alerta permanente y a disposición de la Alianza, listos para ser movilizados a cualquier parte del mundo en un plazo de entre dos y cinco días como máximo. Geográficamente están emplazados en la localidad pontevedresa de Figueirido y en Siero, Asturias; además del cuartel general de Bétera.