El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha cargado este martes en un acto en Cataluña contra los que vinculan la independencia con términos como la libertad: "Manuel Azaña alertaba mucho del equívoco de aquellos que equiparan la independencia con la libertad".
En el acto del Círculo de Economía 'La Hora de la Política', ha criticado que no tiene sentido reclamar la secesión de Cataluña en un contexto histórico actual como el europeo en el que las soberanías son "compartidas y compartimentadas".
"Nadie tiene derecho a separarnos cuando más nos necesitamos juntos. Nadie nos puede forzar a elegir una identidad. Queremos un país en el que cada cual pueda sentirse como quiera", ha expuesto el secretario general del PSOE.
Sánchez ha mantenido su rechazo al derecho a decidir de los catalanes, una posición que siempre ha defendido, y ha expuesto que no tiene sentido que los catalanes puedan votar sobre su secesión antes de abordar una reformar de la Constitución como la que propone el PSOE.
"Dije no al derecho a decidir porque dije sí a la convivencia y a un nuevo acuerdo", ha concluido Sánchez, que ha expuesto que la reforma federal es una evolución natural del actual Estado de las autonomías.
Ha admitido que tanto el PSOE como el PSC han tenido una "posición difícil" ante el choque de trenes planteado por la Generalitat, pero ha destacado que los dos partidos suscriben una reforma constitucional como solución a la confrontación que hay actualmente.
Se ha mostrado convencido de que finalmente la reforma federal se "abrirá paso" en España con el aval también de los catalanes, y ha insistido en que apuesta por una reforma a la Constitución global, no por añadir un artículo en que el se recojan las singularidades de Cataluña.
NO MONOPOLIZAR
Sánchez ha hecho en su conferencia una breve mención a la situación de Cataluña con el resto de España y, en el turno de preguntas, ha aclarado que es "bueno ensanchar el campo de debate de la política" para que ésta no esté monopolizada siempre por los mismos temas.
Ha reiterado sus reproches en cómo Rajoy ha gestionado la apuesta independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y del líder de ERC, Oriol Junqueras, ya que considera que el presidente español "ha cerrado todas las puertas al diálogo".