La sentencia refrendada por el TSJC acusa a Aurelio P. del delito de homicidio --con el agravante de parentesco y el atenuante de drogadicción-- y también le prohíbe acercarse a sus dos hijos a menos de 200 metros durante 20 años, y además les deberá indemnizar con 75.000 euros a cada uno por daños morales.
Entre las cinco de la madrugada y las diez de la mañana del 9 de octubre de 2009, Aurelio P. golpeó varias veces a su pareja con "un cenicero de plástico duro", y después le tapó la boca y la nariz hasta matarla por asfixia.
Después limpió los restos de sangre de la cara del cadáver que situó de tal manera que aparentara ser una muerte natural.
En ese momento Aurelio P. era toxicómano, y en la noche en que mató a su mujer tomó cocaína, heroina, cannabis y metadona que, según recoge la sentencia, no le anuló la capacidad de comprender lo que hacía.