Viñals, al llegar el Samur al Arena: "Llevo toda la noche atendiendo a borrachos y mira lo que me han traído ahora"

EUROPA PRESS 30/03/2016 11:46

Durante la sesión del juicio oral que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Madrid, el doctor San Juan ha explicado que ese día, 31 de octubre de 2012, en los cuadrantes del Samur no tenían constancia de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena ni tenían programada asistencia porque lo iba a realizar servicios de asistencia privada.

Así que ellos se encontraban en el servicio de guardia en la zona de Ventas cuando a las 4:05 horas ya del día 1 de noviembre recibieron ya un aviso de una parada cardiaca en el Madrid Arena.

"Y nosotros, junto con mi técnico, tomamos la M-30 hacia el Madrid Arena. Cuando llegamos allí, nos dirigen a una parada en la que no habían unidades nuestras. Llegamos a las 4:16 horas al botiquín del Madrid Arena. Me encontré en la puerta al doctor Viñals (72 años) y a una persona mayor (el asistente, de 78 años)", ha señalado.

Entonces, San Juan ha asegurado que vio tres chicas en parada cardiaca, no una como pensaban, por lo que intentaron informar a la central del Samur para pedirles más unidades. "La escena que vi fue un sitio gris, poco claro, y había tres pacientes, una en una camilla al fondo a la izquierda, y dos pacientes en el centro y la derecha. Había un biombo y una mesa. Había una persona sin hacer masaje; luego me dijeron que era el hijo de Simón Viñals. Iba vestido de paisano y estaba dando respiración", ha descrito.

"SE ESTABA HACIENDO UNA REANIMACIÓN PRECARIA"

Según ha detallado el jefe del operativo del Samur, las tres pacientes estaban distribuidas en forma de triángulo. Además de Carlos Viñals a la izquierda, que asistía a Rocío Oña; en el centro había un técnico de una ambulancia privada haciendo "un masaje correcto sin ventilación" a Katia Esteban; mientras que a la derecha había otro técnico dando 'ambú' (ventilación asistida con mascarillas) a Cristina Arce.

"De las tres personas, a una le estaban dando masaje cardiaco y a dos ventilación. Ninguna paciente estaba monitorizada. Se estaba haciendo una reanimación precaria y no avanzada. A nuestra llegada, nos repartidos y dimos masaje de calidad", ha resumido Antonio San Juan.

"Para los que estábamos allí era un problema porque necesitábamos más apoyo. Nuestra preocupación es que la central de comunicación no nos hubiera escuchado con la emisora. Era imposible conectar y hasta que no llegó otra unidad a los dos minutos no tuvimos la certeza real de que nos hubiera escuchado. La otra preocupación es que si había tres personas en parada, es sabier si más gente estaba afectada en la avalancha", ha continuado.

El supervisor de guardia ha añadido que cuando llegaron junto a otros tres técnicos vieron a Simon Viñals "en el quicio de la puerta del botiquín, sin estar haciendo ninguna reanimación ni dando ninguna orden". "Yo mismo estuvo dando masaje varios minutos, mientras mi técnico Jesús empiezó a quitar la ropa a una de las chicas para practicarle una reanimación cardiopulmonar", ha agregado.

(HABRÁ AMPLIACIÓN)