Tras la detención en Marruecos de Zujair el Budidi la policía investiga su círculo más cercano en busca de posibles colaboradores e insfraestructura. Según fuentes policiales el detenido confesó que estaba dispuesto a atentar en Semana Santa aunque ni tenía fecha ni lo había preparado aún.
Entre sus familiares y vecinos nadie le cree capaz de algo así. Su madre negó todas las acusaciones sobre su hijo, “juro por dios que está muy limpio, jugando al fútbol y estudiando y buscando trabajo".
Este jueves, su padre, imán de la mezquita del barrio sevillano donde viven, ha pedido a los medios de comunicación respeto. Preguntado por los medios de comunicación por si condena el terrorismo ha respondido “no entiendo, no entiendo”. Su hermano tampoco ha querido explicar nada, “déjame, cámaras no”.
Sus vecinos no se lo pueden creer, "yo lo que lo conozco no me da sensación de que sea eso ni muchísimo menos", afirman, "la primera persona que iba a llamar a la policía soy yo pero yo sé que esta es buena gente y buena familia".
A 150 metros del domicilio de la familia está la mezquita. Su imán, el líder espiritual de los musulmanes del barrio es el padre del detenido. Ante la presencia de los medios de comunicación ha dejado un cartel en la que pide respeto para la familia.
La Policía Nacional llevaba semanas siguiendo sus pasos pero era la víspera del Jueves Santo cuando procede a su detención. Marroquí, de 23 años, estudiante en la Universidad de Sevilla y apuntado en un programa de voluntariado.
Fuentes policiales aseguran que con esta detención se corta de raíz un proceso incipiente de radicalización tremendamente peligroso cuyo objetivo final era atentar en la Semana Santa sevillana.
Estas fuentes insisten en que el presunto yihadista no tenía capacidad operativa desarrollada para llevar a cabo un gran atentado pero sí indicios creíbles de sus intenciones terroristas.
Durante las más de tres horas de registro de su vivienda, en la que vive con sus padres y sus tres hermanos, no se ha encontrado material explosivo.