Una pelea entre jóvenes el pasado sábado en la Parte Vieja de San Sebastián por hacerse con el material de un gaztetxe (centro de jóvenes) ha sacado a la luz la tensión actual entre dos facciones de la izquierda juvenil en el País Vasco, que hasta ahora sólo era patente en los continuos reproches de ambos bandos en las redes sociales.
Por un lado, Ernai, independentistas abertzales de izquierda , juventudes de Sortu y herederos de Jarrai y Segi. Por otro, Gazte Koodinadora Sozialista (GKS), organización juvenil surgida en 2019 de Ikasle Abertzaleak (sindicato de estudiantes de la universidad vasca), de ideología comunista, con gran implantación actualmente en los institutos y muy crítica con EH Bidu y la propia Sortu.
Ambas formaciones "luchan" por captar militantes. GKS amenaza la hegemonía de Ernai, que teme el trasvase de adeptos. En una carta remitida al diario Berria este miércoles, los jóvenes de Sortu responsabilizan de la trifulca por los materiales del gaztetxe a GSK y sostienen que dicha organización "ha dado el salto a la utilización de la violencia organizada" para someter a las demás corrientes de la izquierda abertzale a sus "particulares aspiraciones políticas”.
GSK no ha tardado en responderles ese mismo jueves. Acusan por medio de un comunicado a la izquierda abertzale de estar haciendo una campaña mediática de “mentiras, difamaciones” que incluye “amenazas de muerte”. “Esta situación de intoxicación no es responsabilidad de una u otra persona, sino indicador de la apuesta política realizada por EH Bildu y Sortu, y eso es lo que han denunciado los Consejos Socialistas de Euskal Herria”, aseguran. “Pretenden criminalizar la actuación de los comunistas para poder continuar con su estrategia de destrucción”, critican los de GKS.
Esta división de la izquierda juvenil abertzale vasca no es motivo de preocupación para EH Bildu por inexistente. Según declaraciones en la televisión pública vasca de uno de sus portavoces, el parlamentario Iker Casanova, no “hay disputa interna” ya que los de GSK son jóvenes organizados fuera de la disciplina de su organización. Casanova, que reclamó diálogo entre las partes enfrentadas, sí que calificó la situación de "grave", ya que "algunos han fomentado una respuesta agresiva y atacante", en referencia a GKS.
Las disputas juveniles han obligado al Gobierno Vasco a pedir calma. El portavoz del Ejecutivo, Bingen Zupiria, aseguró, en el última comparecencia tras el consejo de gobierno semanal , que estos conflictos “están siendo objeto de vigilancia y persecución por parte de la Ertzaintza” a la vez que pedía a “quienes estén involucrados en estas tensiones internas” que diriman la discusión “de forma pacífica y sin recurrir agresiones físicas ni a la violencia, que es algo que en la actividad política no debería tener lugar”, aseguró.