Elecciones vascas 2024: así es la historia política de Euskadi

La historia política de Euskadi, especialmente a lo largo del siglo XX, está marcada por su relación compleja y muchas veces conflictiva con el gobierno central de España, llegando a un punto crítico durante y después del régimen franquista. Esta etapa, crucial para entender la actual configuración política vasca, merece un análisis específico, comenzando con el periodo de la dictadura de Francisco Franco, que se extendió desde el final de la Guerra Civil Española en 1939 hasta la muerte del dictador en 1975.

Guerra civil y franquismo en Euskadi

En 1936, José Antonio Agirre Lekube fue nombrado el primer lehendakari (presidente) del Gobierno Vasco, poco antes de que la Guerra Civil Española diera inicio a una larga dictadura. El bombardeo de Gernika en 1937, por orden de Franco, simbolizó el ataque a las libertades vascas. Tras el fin de la guerra, Agirre declaró brevemente el Estado Vasco Independiente, que fue rápidamente anulado por la victoria militar franquista. Esto marcó el inicio de una represión severa en la región, especialmente en Bizkaia y Gipuzkoa, catalogadas como "provincias traidoras". 

Bajo el franquismo, el País Vasco experimentó una intensa represión, caracterizada por la persecución de su cultura, lengua y símbolos nacionales. La dictadura franquista aplicó una política de centralización y españolización forzosa, que buscaba erradicar cualquier signo de identidad nacional vasca. Este periodo estuvo marcado por la prohibición del idioma euskera y de las ikastolas (escuelas donde se enseña en euskera), así como la represión de manifestaciones culturales y políticas vascas.

El régimen de Franco, apoyado por sectores como el ejército, la iglesia católica, los monárquicos y la Falange, estableció un gobierno autoritario y un partido único para todo el país, reprimiendo cualquier forma de oposición y promoviendo una economía autárquica y un aislamiento internacional inicial, que solo comenzó a cambiar con pactos como el de Estados Unidos y el Concordato con la Santa Sede en la década de 1950. A pesar de las duras condiciones, este periodo también vio los primeros signos de apertura política y desarrollo económico hacia finales de la década de 1960, preparando el terreno para los cambios que vendrían tras la muerte de Franco.

El nacionalismo vasco, lejos de ser aplacado, se fortaleció en respuesta a la represión. En 1959, se fundó ETA (Euskadi Ta Askatasuna - Euskadi y Libertad), una organización armada que surgió para luchar contra el franquismo y que continuó su lucha mediante la violencia incluso después de la transición a la democracia, marcando profundamente la historia política de la región.

El impacto del franquismo en la organización y movilización obrera y socialista en Euskadi es otro aspecto crucial de esta época. Pese a la represión, las organizaciones socialistas, con apoyo de sus direcciones en el exilio, lograron reorganizarse clandestinamente, especialmente en el altamente industrializado País Vasco. Este periodo vio la reconstrucción del sindicalismo socialista, con la Unión General de Trabajadores (UGT) jugando un papel fundamental en la resistencia contra la dictadura y en la posterior transición hacia la democracia.

De esta manera, queda claro que, durante la dictadura franquista, lejos de erradicarse el nacionalismo y el socialismo en Euskadi, se vio un fortalecimiento y la configuración de un tejido político y social que sería fundamental en las décadas siguientes. La transición a la democracia y el desarrollo posterior de Euskadi no pueden comprenderse plenamente sin tomar en cuenta este complejo legado.

La política en Euskadi post-franquismo

Desde la primera elección del Parlamento Vasco en 1980, después de la dictadura, hasta las más recientes en 2020, Euskadi ha experimentado diversas fluctuaciones políticas que han influido en su desarrollo autonómico.

Las elecciones de 1980 se llevaron a cabo el 9 de marzo y dieron inicio a la I Legislatura del Parlamento Vasco. En estas, el Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) obtuvo la mayor cantidad de votos (38.1%), seguido por Herri Batasuna (16.55%), el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) con un 14.21%, y Euskadiko Ezkerra (9.82%) entre los más destacados. Estas elecciones establecieron el tono de la política vasca post-franquista, marcando el inicio de un sistema democrático regional.

En los años subsiguientes, se vio una tendencia hacia una mayor participación electoral, con un notable incremento en la participación del 59,76% en 1980 a porcentajes más altos en elecciones posteriores, como el 78,97% en 2001. A través de los años, el EAJ-PNV ha mantenido una presencia dominante en el Parlamento Vasco, aunque con variaciones en el número de escaños. Por ejemplo, en 2020, el EAJ-PNV aumentó su representación a 31 escaños. Otros partidos como el PSE-PSOE y EH Bildu también han mostrado fluctuaciones significativas en su representación parlamentaria a lo largo de los años.

La composición del Parlamento Vasco y la elección del lehendakari han sido reflejo de las dinámicas políticas internas de Euskadi, con una alternancia y colaboración entre diferentes partidos políticos que reflejan el pluralismo de la sociedad vasca. A través de las décadas, se han formado diversos grupos parlamentarios, como el Grupo Foralista Alavés, Gr. Popular Vasco, Gr. Nacionalistas Vascos, y Gr. Socialistas Vascos, entre otros, lo que indica la diversidad de voces y perspectivas presentes en el debate político regional.

Es importante destacar que estas dinámicas electorales y políticas no solo reflejan las preferencias de los votantes y la evolución de las ideologías en Euskadi, sino que también son indicativas de cómo la región ha navegado a través de los desafíos y oportunidades presentes en el marco de la autonomía y la gobernanza regional en España. La historia política de Euskadi desde el franquismo hasta las recientes elecciones autonómicas ilustra una trayectoria de crecimiento, diversificación y consolidación democrática que continúa influyendo en el futuro político de la región.