Manuel, ganadero de Lugo: “Estamos mandando vacas al matadero porque las cuentas no dan”

A Manuel Rodríguez no le salen las cuentas. Este ganadero de Portomarín (Lugo) hace números cada mes para poder mantener a flote su explotación de 489 vacas. Nos muestra las facturas del último año. Todo ha subido mucho. La luz, el gasoil, los plásticos, los fertilizantes, los piensos… Ahora ha surgido un nuevo problema que viene a ahogar todavía más a granjas como la suya: una guerra en Ucrania.

La invasión rusa ha paralizado las exportaciones de maíz y de aceite de girasol, dos de los componentes básicos de los piensos con los que alimenta a su ganado. El jueves, este ganadero de Lugo recibía una inquietante comunicación de la fábrica que se los suministra. “Los problemas de abastecimiento de Ucrania y Rusia, unido a la incertidumbre de la próxima cosecha, han llevado a una subida de precios superior a 100 euros tonelada en la primera quincena de marzo”. Los precios van a subir y hay riesgo de desabastecimiento.

Una gota más que colma el vaso de un sector que lleva meses denunciando una asfixia económica. “Lo que nos pagan por la leche no cubre los costes de producción. Esto es insostenible”, recalca Manuel. En su explotación, en la que también trabajan sus padres, su hermano y tres empleados, producir la leche cuesta el doble que hace un año.

Las facturas de Manuel

Manuel nos muestra sus facturas. Lo que gastaba hace un año y lo que gasta ahora. Estos son los principales gastos a los que debe hacer frente cada mes:

  • Luz: La factura eléctrica de la granja de Manuel se ha duplicado en apenas diez meses. En enero de 2021 pagó 1.927 euros por un mes de electricidad. El último recibo que le ha llegado, correspondiente al mes de noviembre de 2021, ha sido de 3.722 euros. Y no ha sido de un mes completo, sino de 20 días. “Y hay que tener en cuenta que desde octubre tengo unas placas solares que, en teoría, iban a producir 30 kilovatios diarios”, puntualiza Manuel. Unas placas que le han costado 34.000 euros.
  • Pienso: El año pasado, una tonelada de pienso le costaba 284 euros más IVA. Ahora, la última partida que ha comprado, justo antes de que se declarase la guerra en Ucrania, la pagó a 377 euros (IVA aparte). En su granja consume unas 100 toneladas al mes. “El precio del pienso es como el del gasoil, varía cada día, y lleva acumulando subidas desde el verano pasado”, sostiene. La fórmula del pienso está compuesta, entre otras cosas, por aceite de girasol y maíz, dos productos que llegan mayoritariamente de Ucrania. A consecuencia del bloqueo que vive ese país, la subida de los piensos ya es una realidad.
  • Gasoil: El gasóleo B, el agrícola, también se ha disparado. Hace un año pagaba 67 céntimos por cada litro. Ahora llenar el depósito le cuesta más del doble. Paga cada litro de gasoil a 1,40.
  • Fertilizantes: Los químicos también han duplicado su precio. Hace un año, el precio era de 330 euros cada tonelada (IVA aparte). El último camión que lo transportó a su explotación le cobró la misma fórmula a 687 euros (IVA aparte).
  • Plásticos: Los plásticos que utilizan los ganaderos para el ensilado de los forrajes también han experimentado fuertes subidas. Dependiendo del tipo, los incrementos son de entre el 20% y el 50%.

Además de estos gastos, Manuel debe pagar los sueldos de sus tres empleados, los seguros agrarios y el mantenimiento de la maquinaria agrícola. “Hace unos días pedimos presupuesto para cambiar las ruedas de un tractor de tamaño medio y ‘calzarlo’ me cuesta 4.000 euros más que el año pasado”, cuenta. Cambiar las cuatro ruedas le cuesta unos 13.000 euros. Este gasto lo asume, en su caso, cada “cuatro o cinco años”.

Desde el verano el litro de leche ha subido unos dos céntimos

Mientras los costes de los ganaderos se disparan, el precio de la leche apenas se ha movido en los últimos meses. “Desde el verano subió en torno a dos céntimos”, cuenta Manuel. Producir un litro de leche, sostiene este ganadero, cuesta actualmente 0,42 euros. Ahora mismo a él se la están pagando a 0,36. “Llevamos meses con números negativos”, sostiene Manuel.

Y si las cuentas llevan meses siendo negativas, ¿cómo logran subsistir los ganaderos? “Estamos mandando vacas al matadero o vendiendo novillas porque las cuentas no dan”, explica. Matan cabezas de ganado para quitarse gastos y obtener liquidez. “Pero esto va a conllevar un problema muy grave para la industria alimentaria porque la producción de leche de este año va a descender muchísimo”, advierte este ganadero. En algunas granjas de cerdos, asegura, ya se han empezado a sacrificar animales por el encarecimiento y la falta de cereales.

Según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, el litro de leche que venden los ganaderos gallegos cerró el año 2021 con un precio de 35,6 céntimos. Si lo comparamos con diciembre de 2020, el litro de leche subió 2,7 céntimos (32,9 céntimos al cierre de 2020).

Falta de tierras para producir más forrajes

Además del aumento de costes, otro de los problemas del sector ganadero se deriva de la falta de tierras para plantar cereal. España es un país deficitario en la producción de cereales. “En Galicia llevamos años viendo cómo nos limitan la base territorial y se imponen plantaciones de pinos y, sobre todo, de eucaliptos”, se queja Manuel.

Sin embargo, poner las tierras abandonadas a producir, según explica, no permitiría obtener forrajes propios para las granjas a corto plazo. “Hoy, aunque quieras poner a producir una finca, si está a monte, no la das producido. Una finca desnutrida no produce ni en un año ni en dos. Es como si compras una casa vieja: restaurarla y convertirla en una vivienda útil lleva tiempo. Pues en una finca pasa lo mismo”, cuenta.

Si no hay pienso tendrán que sacrificar al ganado

Ante esto, solo queda traer cereal de otros países. “Y cuando dependes de otros te puede pasar lo que ahora ocurre con Ucrania”, sostiene. Para sortear esta nueva crisis, los ganaderos piden que se flexibilicen las exigencias sanitarias para la importación de maíz de otros países como Estados Unidos, algo que por el momento no está autorizado porque allí se usan fitosanitarios y transgénicos no permitidos en Europa. “Necesitamos que desbloqueen eso ya”, pide Manuel. Si no hay pienso tendrán que sacrificar al ganado.

Manuel ve el futuro muy negro. “Estamos todos agotados ya. A día de hoy la cara de un ganadero es de tristeza”, cuenta. Tristeza y mucha preocupación. Justo antes de que las materias primas empezasen a dispararse, este ganadero había hecho una inversión en su granja de más de un millón de euros.

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