Los impresionantes monumentos de Angkor

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 24/10/2009 00:00

A diferencia de Tailandia aquí lo más recomendable es manejar dólares. Su moneda local, el riel, apenas es usado por ellos y su equivalencia con el euro es de 4.000 KHR. Si no queréis complicaros usad el dólar, ellos están más que acostumbrados, tanto que os lo pedirán sin preguntar.

Para visitar Angkor no hay días en el calendario ya que el lugar, de más de 400 kilómetros cuadrados de extensión, sorprende a cada paso y siempre da la sensación de que se deja algo por ver.

Sin embargo, en tres días intensos se puede establecer un contacto con el lugar. Esta entrada cuesta 40 dólares. Os harán una fotografía para identificaros que pondrán en una tarjeta. La tendréis que mostrar constantemente, así que no la dejéis olvidada. Por otros 50 dólares se pueden contratar los servicios de un 'tuk-tuk' para esos días. Él os llevará hasta los lugares más interesantes, aunque no os engañéis, os tocará andar, y mucho, si de verdad queréis disfrutar de todo su esplendor.

Oculta entre la selva

Sin duda resulta llamativo el hecho de que hasta hace nada (1860) la legendaria capital del Imperio Jemer permaneciese olvidada. La selva había hecho su trabajo, ocultando los monumentos bajo su espesor.

Me imagino la cara que debió de poner Henri Mouhot, el naturalista francés que por esa fecha la sacó a la luz. Me hago una idea más que clara porque es la misma que ponemos todos los que la vemos al toparnos frente a ella.

Cabe decir que ningún escrito puede reflejar lo impresionante que resulta este lugar, las fotografías ayudan, aunque nada se aproxima a la increíble realidad.

Un itinerario aconsejable

Desde las 5.30 de la mañana y hasta las 18.00 horas de la tarde el lugar permanece abierto al público, por lo que conviene madrugar.

Nuestro primer contacto fue, como no podía ser de otra manera, con el famoso, 'Angkor Wat', al que le siguió el 'Angkor Thom'. Este último, en realidad es un conjunto de templos. Aquí podréis disfrutar del 'Bayon' (famoso por sus rostros esculpidos en piedra); el 'Baphuon'; el 'Phimeanakas' y 'La terraza de los elefantes'.

Si aún seguís con fuerzas conviene que veáis el 'Pheah Khan'. Los seguidores de 'Tom Raider' se harán una idea más que precisa de este lugar pues hay una escena muy famosa en la película en la que Lara Croft aparece por estos lares. Literalmente puede verse como los árboles brotan de la piedra que les da forma y se enredan por ella. Algo muy parecido ocurre en el 'Ta Prohum'.

Como cierre al primer día, que resultará agotador por el intenso calor, se puede visitar el 'Ta Keo'. Este, en concreto, requiere de un poco de paciencia, pues hay que subir unas cuantas escaleras (y la mayoría de ellas no tienen la forma para definirlas como tal).

Los templos más alejados

El segundo día puede ser empleado para visitar los lugares de interés más alejados, como el 'Kbal Speran', que más que un templo es un conjunto de piedras talladas en lo alto de un río. Para llegar hasta él hay que subir unos 1.500 metros. El paisaje ameniza la excursión.

El 'Banteay Srey' (también conocido como el 'templo de las mujeres') es radicalmente distinto al resto. El mismo color de la piedra, de aspecto rosado, es muestra de ello. La delicadeza de la mano femenina se aprecia en las esculturas talladas. Próximo a él se encuentra el 'Banteay Samre'. Numerosas columnas puestas de cuatro en cuatro crean infinidad de espacios. En ellas pueden apreciarse numerosas motivos de serpientes.

El 'Bakong' deslumbra nada más poner los pies en la tierra para recorrerlo, aunque la mejor manera de apreciarlo es desde cierta distancia. Las vistas que ofrece desde su parte más alta son impresionantes.

El segundo día acabó con la visita del 'Preah Ko'. Lo positivo de este monumento es que no hay que estar subiendo y bajando escaleras (lo agradeceréis después de todo un día sin parar). Posee cinco torres. En sus columnas pueden verse a sus protectores (tanto figuras masculinas como femeninas). Aunque su máxima protección deviene de los leones tallados, que esperan al visitante en la misma entrada.

Un recuerdo inolvidable

La despedida de Angkor puede pasar por ver el 'Kravan'. Su aspecto exterior puede desilusionar, pero el visitante que se adentre en él podrá observar unas hermosas figuras tallas en la piedra.

Tras este, os espera el 'Bateay Kadei'. Es bastante grande y su característica más llamativa son las famosas caras que ya habréis visto en el 'Bayon'. Frente a él se encuentra el 'Sras Srang'. Que no os despiste su escasa construcción (apenas cuenta con cuatro leones tallados). Sus vistas al lago son espectaculares. Tomaros unos minutos para contemplarlo y coger fuerzas.

El 'Pre Rup' cuenta con una escalinata (agradeceréis haber cogido fuerzas). Pero una vez arriba, os daréis cuenta de que merece la pena. La basta y verde selva rodea este templo como a ningún otro. Es todo un espectáculo para la vista.

Protegido en sus cuatro ángulos se encuentra el 'Mebon Est'. El 'Tason', por su parte, no tiene nada de llamativo (en este contexto) salvo que cuando uno cree que ya ha terminado de verlo, la ruta continua.

Como gran contrapunto está el llamado 'Neak Preah'. Se trata de una torre con base circular a la que le rodea en círculo una espesa manta de hierba y a ésta un cubo cuadrado de piedra de unos tres metros de altura. En cada uno de los lados puede verse un altar.

Por último conviene volver a 'Angkor Wat'. Sólo para asegurarse de que aquello es real, para tratar de conservar en la memoria la mayor cantidad de detalles posibles y conseguir un recuerdo inolvidable.